Él Mató
Ilustración intervenida: Morsa

Todos éramos «La Dinastía Scorpio»: a 10 años del disco clave de Él Mató

Rescatamos una entrevista con Santiago Motorizado, líder de Él Mató a un Policía Motorizado, realizada solo unos meses después de que su banda editara La Dinastía Scorpio (2012). Fue la primera conversación del músico argentino con un medio peruano (en este caso, la desaparecida revista Dedo Medio). Hoy, a diez años del lanzamiento de ese disco clave para el indie latinoamericano, las palabras de Santiago aún resuenan.

Al otro lado del teléfono, una voz rasposa, casi entrecortada, me saludó efusivamente en perfecto acento argentino: «Che, qué gusto hablar con gente de Perú. No sabía que nos escuchaban por allá». «El gusto es mío, Santiago –respondí– ¿Te puedo llamar Santiago, verdad?». «Sí, por supuesto. A veces me colocan Motorizado, otras Barrionuevo; pero siempre soy Santiago. Así que está bien», dijo.

Era marzo del 2013 y yo trabajaba como redactor de la revista limeña Dedo Medio. Esa llamada telefónica era el resultado de una seguidilla de correos electrónicos que envié a cada dirección que me aparecía en internet. Una de ellas debía acercarme a la banda que había escuchado días atrás, y así fue. Mi trabajo consistía en escribir artículos acerca de la escena cultural, pero sobre todo debía recomendar nueva música y reseñarla. De este modo, en un sondeo previo, me topé con una agrupación de La Plata que inicialmente llamó mi atención por su nombre: Él Mató a un Policía Motorizado.

Aunque su música me atrapó al instante. Ellos acababan de lanzar su segundo álbum de estudio, La Dinastía Scorpio (2012), por lo que le propuse a mi editor entrevistarlos para la revista. Él aceptó. La idea era publicar el texto en la edición impresa que saldría a las calles en abril del 2013. Lo que jamás pasó por mi cabeza es que la banda terminaría como el artículo de portada; ni que los conocería en persona durante su primera visita a Lima, en agosto de ese año; ni que aquella voz rasposa, casi entrecortada, tendría un lugar privilegiado en mis playlists en los años venideros.

Hoy, Él Mató es todo un referente del indie rock latinoamericano. En gran parte, gracias a La Dinastía Scorpio, disco que cumple ya una década sin envejecer ni un poquito. Comparto la entrevista que me concedió Santiago con ocasión de ese lanzamiento, la cual se publicó originalmente en la edición número 63 de Dedo Medio:

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Portada de la edición número 63 de Dedo Medio.

Entiendo que en Él Mató odian las etiquetas. ¿Es por eso que se inventaron sus propios ‘géneros musicales’?

No creo que las etiquetas funcionen para ningún artista. Te encierran y te obligan a corresponderlas. Entiendo que a la hora de comentarle a alguien qué tipo de arte estás haciendo, siempre es difícil describirlo de manera breve y concisa. Lo mejor siempre será que cada uno escuche nuestra música y saque sus propias conclusiones. Preferimos inventar nuestros propios géneros musicales para esquivar todo eso rollo. Así que somos representantes del indie rock pandillero, del pop apocalíptico, del kraut campestre y del punk espacial (risas).

Son buenos inventándose nombres. Algo que trasladaron al bautizar la banda…

Sucede que Manu, uno de los guitarristas, quería que el nombre, por sobre todas las cosas, sea uno extraño y que no parezca el de una banda. Así que empezó a buscar frases en algunas de esas películas chatarra de Hollywood. En una de ellas [R.O.T.O.R., 1987] vimos un subtítulo que decía la frase “él mató a un policía motorizado»… y nos quedamos encantados. En nuestra ciudad [La Plata] no había entonces policía motorizada, lo que lo hacía más divertido.

¿Ustedes son de la ciudad de La Plata, verdad?

Sí, es una ciudad muy pequeña y cercana a Buenos Aires. Ahí vivimos y nos conocimos todos en el colegio secundario. Fue en esa época en que nos juntamos todos. La música nos unió, porque compartíamos el favoritismo por las mismas bandas. Además, aquí en La Plata todos se conocen y se vive una vida de provincia, a pesar de estar tan cerca de la capital.

Hasta que decidieron hacer su propia música. ¿Cómo es el proceso creativo de sus canciones?

Yo me encargo de hacerlas en primera instancia. O sea, la melodía principal y la letra Después todos juntos en el estudio le damos forma, le ponemos los ritmos, las pautas y los arreglos correspondientes. A veces, cuando tenemos más tiempo, nos juntamos y entre todos empezamos a crear cosas.

En el sonido de Él Mató identifico el de Yo La Tengo, Pixies, Sonic Youth… ¿son acaso sus influencias directas?

Es gracioso que me lo digas, porque son las bandas que me volvieron loco de chico y las que fueron motor de todo esto. Antes de hacer El Mató, sentíamos que debíamos continuar ese sonido que tanto nos gustaba… hacer una versión más cercana. Me acuerdo que por esos años me prestaron un cassette compilatorio del sello Matador y me volvió loco todo ese espíritu, más allá de las canciones. Queríamos hacerlo realidad en Argentina.

En el 2004, la banda lanzó su álbum debut homónimo y empezó a llamar la atención de la prensa especializada. A Santiago lo acompañaron Niño Elefante y Pantro Puto en las guitarras, Chatrán Chatrán en los teclados y Doctora Muerte en la batería. Todos seudónimos de una agrupación que solo aspiraba a sacar un disco de manera profesional. Así es como durante toda la década del 2000 se convirtieron en una de las bandas más prolíficas de Argentina. Lanza­ron EP tras EP e incluso una trilogía con­ceptual compuesta por Navidad de Reserva (2005), Un Millón de Euros (2006) y Día de los Muertos (2008), que los catapultó como uno de los referentes del indie gaucho. Sí… siempre de manera independiente, porque hasta su propio sello discográfico tienen.

¿Qué tan difícil les resultó ser una banda nueva?

Bastante. Fue difícil porque económica­mente el país salía de una crisis importante en el 2004. También sucedió la tragedia de la discoteca Cromañón y ese fue un golpe terrible para todo el ambiente del rock. No había dónde tocar. Todo estaba en contra. Pero creo que nos ayudó el hecho de que nunca tuvimos aspiraciones muy altas. Nuestra meta era simplemente sacar un disco, editarlo y hacerlo de manera profe­sional. Y sucedió gracias a la UMI (Unión de Músicos Independientes de Argenti­na), porque empezamos todo de cero. La respuesta de la gente fue muy grata porque entendían que era un sonido nuevo en el país. Teníamos una audiencia pequeña pero que ha ido creciendo con el tiempo.

Algo particular de ustedes es el uso cons­tante del formato EP…

Creo que usarlo nace del fanatismo propio de bandas como Sonic Youth o Yo La Tengo, que también son amigas de este formato. Te permite, dependiendo de la idea que tienes, hacer discos con una temática muy puntual, con una línea específica.

Y en ese formato nace la trilogía que los convirtió en referentes del nuevo sonido argentino.

Los tres discos forman una gran obra de tres etapas. El primero es un disco navideño que está emparentado con el nacimiento. Se me ocurrió hacerlo tras escuchar algunos discos navideños de los Beach Boys. Decidí mezclar eso con una estética más regional y trasladarlo a una realidad más propia. El segundo hace referencia a la vida. El tercero se hizo cuando estaba en boga todo el tema del fin del mundo. La idea era agrupar las canciones de forma temática… y fue diver­tido hacerlo.

La paradoja que encuentro en la trilogía es que para ustedes la vida es “un millón de euros»…

Sí (risas)… hicimos unjuego de palabras. Los euros son los nuevos dólares, pues. Y el ser millonario materialmente no implica serlo espiritualmente, ni mucho menos artísticamente. Es una ironía y a la vez una contradicción.

Con todo ese background encima, lanzan La Dinastía Scorpio. Para variar, un nombre tan enigmático como Él Mató.

No teníamos un nombre puntual para este último disco. En un momento queríamos ponerle “El magnetismo”, porque el álbum arranca con esa canción. Sabíamos que queríamos jugar con un concepto que no quede muy claro, con un halo de misterio. A partir de esa idea, se me ocurrió pintar para la portada del disco la escena de una pre­miación muy bizarra. Mira… seguramente plasmaremos en una historieta o en algún texto el verdadero significado de La Dinastía Scorpio. Cuando lo encontremos (risas).

¿Qué tan difícil fue lanzar un nuevo disco de larga duración después de ocho años?

Lo que pasa es que nosotros tomamos la salida de los EP como discos de larga duración y la gente también lo entendió así. Siempre tuvimos la idea de lanzar un nuevo disco grande, pero todo se retrasó por los viajes a Europa. Grabamos recién las maquetas a fines del 2010 y empezamos a darle forma a las canciones en plenas grabaciones del 2011. La idea era que salga a mediados del 2012, pero se complicó también. Igual, aquí estamos.

Como dice una de sus nuevas canciones: “nuevos discos, nuevas drogas”. ¿Están pensando ya en el futuro?

Puede ser, pero hemos demorado ocho años para sacar un disco largo como para no
promocionarlo como se debe. Estamos pen­sando en hacer videos y aclarar el concepto de Dinastía Scorpio. Eso sí, queremos volver al formato EP para jugar un poco con una faceta más experimental. Todo eso siempre y cuando no nos detenga ningún policía motorizado en el camino.

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Él Mató no solo volvió al formato EP como prometieron (Violencia, 2016), sino que lanzaron otro notable disco de larga duración, La Síntesis O’Konor (2017). E incluso musicalizaron una serie de televisión con el álbum de reversiones Unas Vacaciones Raras (2021), el cual este año les permitió ganar su primer Grammy Latino a Mejor Álbum de Rock. Y así… ahora preparan el terreno para editar una siguiente producción que verá la luz en el 2023, pero de la cual ya han adelantado el single «Tantas cosas buenas».

Lo único que no han cambiado en estos diez años, según ha dicho el propio Santiago en entrevistas recientes, es la esencia musical de la banda. Esa apuesta por el sonido de la melancolía, el cual apuntalaron en ese lejano 2012 y que hizo posible la consolidación de nuevos nombres, como Las Ligas Menores, 107 Faunos, Bestia Bebé, entre otros. Un sonido con el que siempre podíamos –podemos– identificarnos. Porque, al parecer, todos éramos La Dinastía Scorpio; esa generación que celebraba victorias efímeras, mientras aprendía a cuidarse «en este mundo peligroso». Veinteañeros de entonces que hoy, a pesar de todo, seguimos… más o menos bien. ■


Escucha La Dinastía Scorpio (2012) de Él Mató en Spotify: