Austin TV: «En algún punto, la banda dejó de pertenecernos y se transformó en un ente místico»

Austin TV posando con sus máscaras

«Tu cara no importa, importas tú». Detrás de unas máscaras, Austin TV ha proclamado esta premisa desde que apareció en la escena mexicana con su post-rock instrumental; primero con un EP homónimo (2002) y luego con un disco debut titulado La Última Noche del Mundo (2003), que hoy es considerado un punto de quiebre para la movida independiente de su país. Tras un receso que duró más de una década, la agrupación volvió al estudio para dar rienda suelta a sus guitarras y filosofías en Rizoma (2023). Un nuevo disco que los traerá por primera vez a Lima, ya que tocarán este 16 de mayo en Yield Rock junto a Kinder. Conversamos con el bajista Rata y el guitarrista Acky sobre este renacer de Austin TV y su próxima visita al Perú.


Después de tanta espera y un prolongado receso, por fin concretarán una primera visita al Perú.

Rata: Estamos super agradecidos de poder hacer esto de nuevo. La idea era tocar en la mayor cantidad de lugares, sin importar mucho las condiciones. Es decir, sin tener que esperar a que algún promotor quiera llevarnos. Asó que dijimos: «Vamos a hacerlo». Deseamos que quienes vayan al show puedan, por un momento, vivir este nuevo presente.

Siempre se les ha asociado con la movida de ‘post-rock’. ¿Se han sentido cómodos con ese rótulo?

Acky: Para mí, al final solo es música. Lo que importa es el mensaje; que te guste el ritmo que lleva la banda. Hay tantas variedades sonoras que han estado surgiendo… que no sé. Si es ‘post-rock’ para los demás, está bien. Nos gusta y ya.

R: Lo chistoso es que, cuando empezábamos a tocar, no sabíamos que existían otras bandas de ‘post-rock’… ni que existía como género. Un amigo de una banda llamada Volován nos preguntó si habíamos escuchado Mogwai. Respondimos que no, así que nos la recomendó. En ese momento, nuestras únicas referencias de música instrumental eran canciones instrumentales de bandas de punk. Teníamos un referente específico: Texas Is the Reason. En realidad, aquí en México la única música instrumental que sonaba en la época era el surf. Lo llamábamos ‘instru-rock’. Durante un viaje a Europa, no les quedaba claro qué tipo de música hacíamos; para ellos, básicamente era un post-rock-psicodélico-punk-instrumental. Por eso, el show de Austin TV termina siendo algo bien bizarro en vivo, pero al mismo tiempo es bastante divertido.

Llama la atención que no hayan tenido contacto previo con Mogwai o Explosions in the Sky, por nombrar algunos referentes del post-rock…

R: Nada, cero. En 2001 nos gustaba el punk y el Midwest emo. Eso era todo. Nada de indie ni otros géneros. Crecimos con el punk rock californiano: NOFX, Pennywise, y luego algunas bandas como Refused y Millencolin. Ese era nuestro background. De emo escuchábamos The Promise Ring, American Football. Quizás American Football sea la banda más cercana al ‘post-rock’ que descubrimos entonces, aunque llegamos a ella después de formar Austin. A Explosions In The Sky los escuchamos recién en 2005.

Estábamos clavados en la escena punk de México. Crecimos en el Foro Alicia; nuestros fines de semana consistían en ir a escuchar bandas de punk, a nuestros amigos. Cuando formamos Austin TV, ya pudimos tocar con ellos.


Perú se ha caracterizado por su cultura de rock instrumental y surf rock. Sobre todo, durante la primera escena de los años sesenta, con bandas emblemáticas como Los Belkings y Los Saicos. ¿Han tenido alguna aproximación con la música peruana?

A: Con Los Saicos, sí. Los he escuchado y he leído su historia. Me pareció muy interesante.

R: Sí, Los Saicos han pasado a la historia como una banda de culto. Además de ellos, nuestro contacto con Perú empezó hace mucho tiempo a través de Kinder, colegas con quienes estamos intentando crear un colectivo de música instrumental en Latinoamérica. Tenemos un chat con muchas bandas, en muchos lugares, y eso es lo que nos ha acercado a la música de Perú. Cada vez que visitamos un lugar, pedimos que nos recomienden bandas locales. Tenemos una playlist muy grande de artistas que vamos descubriendo.

Han pasado más de dos décadas desde que lanzaron su primer disco, La Última Noche del Mundo (2003). Desde entonces, Austin TV se encumbró como referente de la escena musical independiente en el México del siglo XXI. ¿También lo ven así?

A1: Eso ocurrió de pronto. Sucede que no habían muchas bandas instrumentales en México cuando sacamos La Última Noche del Mundo. Quizás Los Esquizitos tenían un par de canciones, pero nosotros veníamos de una corriente DIY, de hazlo-tú-mismo-todo. Hasta que sorpresivamente nos invitaron artistas de otros géneros a tocar con ellos. Una de las primeras bandas que nos convocó fue Zoé, en 2004. Salimos de gira y los medios voltearon a escuchar nuestra música. También apareció la radio Reactor y nos convertimos en su agrupación bandera, sin planearlo. Empezaron a programarnos, y cuando regresamos de gira hicimos un show al que llegó demasiada gente.

En algún punto, Austin TV dejó de pertenecernos solo a nosotros, y se transformó en un ente místico. Jamás pensamos que eso iba a pasar, ni tampoco era la idea. Hoy la gente nos dice que ha podido superar momentos muy difíciles de su vida gracias a nuestra música. Pérdidas, depresiones crónicas, fobias. Más que una banda meramente musical, Austin se ha convertido en un ente que acompaña. Eso es lo que llamamos ‘rizoma’. Así que ahora somos más conscientes de la responsabilidad que tenemos al transmitir nuestro mensaje.

(Foto: Leonel Mendoza)

“Ella no me conoce”, canción del primer disco, tiene más de 4 millones de reproducciones en Spotify. ¿A qué atribuyen que una canción de post-rock instrumental logre esas cifras en pleno 2024… en una época donde la industria musical va por otro lado?

A: La música instrumental tiene algo especial, ya que no hay una letra que te va diciendo el tema o concepto. Es totalmente interpretativa. En algún momento, cuando nos escuchaste a los 15 años, te significó algo. Pero quizás ahora, a los 40 años, te haga sentir algo muy distinto. Es música que va cambiando contigo. Eso es lo que se me hace muy bello de la música instrumental: siempre puedes encontrarle distintos significados.

R: También creo que tiene que ver mucho la nostalgia. Cuando lanzamos esa canción, pues era algo diferente de lo que se escuchaba en México. A muchas personas les debe remitir a un momento bonito de su vida. Y ese momento se puede resignificar cuando quieras.

Muchos compositores suelen decir que su proceso creativo parte de una letra a la que adaptan una música. ¿Alguna vez han tenido una composición que haya nacido de una letra?

R: No, nunca. Desde el inicio fue música instrumental. Alguna vez intentamos que alguien cantara, pero con la música ya escrita. No había letra. Esto pasó en 2001. Sin embargo, sí tenemos ciertos dogmas al componer: por ejemplo, hicimos un disco basado únicamente en números llamado Caballeros del Albedrío (2011). El proceso fue divertido porque nos fuimos a componer al bosque. Veíamos una película cada noche; seleccionábamos una frase que nos gustara; y luego la escribíamos en un pizarrón. Debajo de cada letra poníamos un número según tu celular. Tú sabes: el 1 correspondía a la letra A, y así… cada letra representaba un quebrado rítmico. Dos cuartos, cinco octavos, etc.


¿Cuál fue el dogma creativo para producir este nuevo disco, Rizoma?

R: El silencio. Que nadie supiera que estábamos haciendo cosas juntos para poder fluir. Fue bonito, porque durante seis meses nadie sabía que íbamos a regresar. Es el periodo de tiempo más corto que nos ha tomado grabar un disco.

Es un álbum que, además, surge de la espontaneidad que brinda una reunión no planeada.

R: Sí. Todos los años, desde hace varios años, nos escribían los del festival Vive Latino. Nos pedían que regresáramos, pero no teníamos ninguna intención de hacerlo. Fue pasando el tiempo hasta que llegó el momento en que buscamos reunirnos. Cierto miembro no quiso. Pero Austin estaba pidiendo despertar, y además había propuestas. Austin es un ente vivo. Inicialmente, la idea era grabar una sola pieza porque no queríamos volver a tocar cosas viejitas. Pero cuando nos juntamos a ensayar por primera vez después de tanto tiempo, surgió “De la orquídea y la avispa” en el estudio. La compusimos en un día. Seguimos ese rumbo y nos dimos cuenta que debíamos continuar para tener a Austin de regreso en un 100%.

¿Cuál dirían que es el eje temático de Rizoma?

R: Rizoma viene de la filosofía de Deleuze y Guattari [padre de la denominada ‘ecosofía’], quienes proponen una corriente de pensamiento desde los años setenta respecto a que no existen las jerarquías. En su teoría, todo se va uniendo a través de las hifas, como sucede con los tubérculos, y así se va construyendo un mapa horizontal de conexiones. Eso es el ‘rizoma. Esta filosofía ha transmutado a diferentes espacios: existe el cine ‘rizomático’, la política, y nosotros la abrazamos en la música. ‘Desterritorializar’ el concepto para ‘teritorializarlo’ en uno nuevo. Son las conexiones que nos demuestran que somos parte de un todo. Creemos que nuestro ‘rizoma’ nos junta a hacer música y abre conexiones con los demás.

Y nos conecta a través de la música, como con esta entrevista…

R: Exacto. Hoy tú eres parte de nuestro ‘rizoma’. No nos conocíamos, pero nos hemos conectado gracias a esta conversación. ■


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