Santa Madero – Ya Tengo Nostalgia Por Conversaciones Que Tuve Ayer

Lo primero que quiero reconocerle a los Santa Madero es que su esperado disco debut, Ya Tengo Nostalgia Por Conversaciones que Tuve Ayer, no es un recopilatorio de los sencillos que habían lanzado en los últimos cuatro años. Desde que irrumpieron en la escena peruana con su celebrado single «Pero frágil» (2018), la banda se mantuvo vigente con interesantes canciones como «Linda Hamilton», «Cámara» (2019), «Mía», «Quemarte a la mitad» (2020) y «Segunda cita» (2021). Sin embargo, no incluyeron ninguna de ellas en este primer trabajo; aún así, se las ingeniaron para escribir y producir nueve temas inéditos con pandemia mundial de por medio.

Lo segundo llamativo es que esos nueve temas prueban –una vez más– la enorme capacidad compositiva de esta joven agrupación peruana; integrada por Karina Castillo, Dan Joe Salazar y El Alcalde (en vivo también participan Pia Ella y Luana Brazzán). Lo fácil habría sido que juntasen los sencillos previos y armen así un EP cumplidor (de paso se quitaban el hype que tenían encima). No obstante, apostaron por su innegable vocación hacia el indie pop más prolijo, bien pensado y mejor ejecutado. Nuevos tracks como «Puaj!» (el momento cumbre del disco); «Algo así como tú» (con sus vistazos de hyperpop); «Cruzar la pista» (tres minutos de acertado synthpop); o «Un pequeño desastre planeado» (¿quién dijo que aquí no cabrían las guitarras?) son la prueba irrefutable de esto.

Razones más, razones menos; la sensación que nos deja Ya Tengo Nostalgia Por Conversaciones que Tuve Ayer es que Santa Madero no es más la banda de «Pero frágil». Esto, dicho en el mejor sentido posible, ya que para cualquier artista habría sido muy difícil desligarse de un tema tan potente como ese (no se puede negar que fue uno de los más representativos de la escena local durante la década pasada). Pero los de Chaclacayo alejaron el fantasma del one hit wonder apelando a un sonido ciertamente distinto, cada vez más pop. Así, con este primer disco bajo el brazo, se han quitado el letrero de «revelación» y se consolidan como la voz del indie centennial limeño. ■