Sus canciones lo han llevado a ganar un Grammy Latino, se incluyeron en numerosas bandas sonoras y suenan actualmente en producciones de Netflix. Sin embargo, Santiago Motorizado se mantiene firme en el camino del artista independiente. El líder de la banda argentina Él Mató regresó al Perú para presentarse como solista en Arequipa, Huancayo y finalmente en el festival Ciudad Sonora de Lima, que se realizará este 2 de marzo en el C.C. Festiva. Charlamos con él sobre esta nueva visita al país, así como de sus proyectos pendientes, entre los que está un inminente primer disco en solitario.
¿Qué es lo que podemos esperar en un show de Santiago solista?
SM: Es otro repertorio. Son las canciones que he lanzado en solitario, y muchas versiones de artistas y bandas que me gustan. Forman parte de mi set hace buen tiempo. No hay mucho espacio para los covers con El Mató, y está bien que se haya dado así. Tengo este momento para homenajear a un montón de artistas que admiro. Por supuesto, también hay espacio para mis canciones con El Mató, aunque las toco en un formato íntimo. Por lo general, soy yo solo con la guitarra, por lo que esas composiciones toman otra forma. Generan otra atmósfera.
En esta visita al Perú, ¿también estarás solo en el escenario, o habrá una banda soporte?
SM: En esta ‘gira peruana’, como me gusta llamarla, sí habrá una banda soporte. Hace poquito toqué en Bariloche solo con la guitarra, pero porque el contexto era ideal para eso. Son espacios más pequeños. Por lo general, toco siempre con una banda, que incluye batería, bajo, guitarra, teclados.
Es verdad: se trata de una especie de ‘gira peruana’, porque será la primera vez que tocas en Arequipa y Huancayo, además de Lima.
SM: Ni siquiera de turista he podido salir de Lima. Fui a unas playas al sur de la ciudad, muy cerca. Pero no he ido a lugares míticos como Cusco, que me encantaría visitar. En esta oportunidad, también estaré en Huancayo y Arequipa; lugares que conozco de nombre porque me han contado mis amigos.
Se cumple también tu esperada llegada a Huancayo, que se truncó en 2022 con el fallido Festival Perú Central. Solo como paréntesis: ¿tienes algún tema pendiente, tanto económico como legal, con los organizadores?
SM: Tengo la revancha de poder volver. Aquella vez nos quedamos con las ganas. La verdad es que esas personas no cumplieron con el acuerdo. Y listo: ahí quedó. Yo no seguí después mucho el asunto, porque me parecía toda una tontería lo que se dijo. Entrar en ese juego de desmentir lo obvio. Lo que todos veían: cómo se iban cayendo las bandas y no se cumplía con ninguno. No entré en eso de contestar. Además, publicaban sus comunicados y cerraban la posibilidad de comentar abajo, que es lo más inmediato para poder responder. Dijeron que había causas y cosas. Era todo mentira. Porque los que no estaban cumpliendo eran ellos.
Nosotros tampoco iniciamos ninguna cosa al revés, y entendemos que sinceramente se les fue de las manos. El problema es.. ¿qué haces cuando se te van las cosas de las manos? ¿Cómo solucionas? ¿Yendo al choque, o buscando un buen acuerdo para todos? Eso fue lo que generó el conflicto. Igual no guardo ningún rencor. Solamente la lástima, la tristeza de no haber podido tocar esa vez en Huancayo. Era algo que nos entusiasmaba mucho.
Mencionaste que parte de tu repertorio tiene que ver con estos homenajes a canciones que te gustan. Hace unos meses, reventaste el internet con el cover de “No podrás”, éxito noventero de Cristian Castro. ¿Lo incluirás en tus shows como solista?
SM: La toco si la piden. [Risas] Entiendo que en Argentina pegó mucho… no sé si en Lima. La tenemos ahí lista para ser tocada. Es una canción que me fascina desde muy pequeño. Pero ahora que se hizo tan viral, mi libido con el cover bajó un poquito. Aunque cantarlo en vivo y vivir esa situación en directo con la respuesta del público, puede ser divertido.
Cristian Castro y el sonido ‘indie’ parecían agua y aceite antes de tu cover. Sin embargo, no es la primera vez que experimentas, ya que escribiste la banda sonora de la serie Okupas, con un sonido bastante ecléctico. ¿Qué otra canción de tu repertorio solista dirías que está fuera del rollito ‘indie’?
SM: Diría que varios de mis temas publicados en Spotify y que se lanzaron en este último tiempo. En efecto, está el álbum que compila las canciones que compuse para la serie Okupas (2021). Para ese trabajo, recorrí un montón de géneros musicales que son parte de la cultura popular argentina. La serie ocurre mucho en la calle, en la periferia, en los sectores marginales. Así que me sumergí en sonidos nuevos y ajenos para mí; que se separan un poco de este mundo que se puede llamar ‘indie’.
¿Algún género te retó particularmente?
SM: Algunos. Tuve que componer folklore, cumbia, salsa, rock al estilo más clásico, y tango. Salí de mi estilo personal. Por eso, lo de Cristian Castro ya era pan comido. Todo lo que te comento es parte de mi show en esta gira como solista. Quizás el público está esperando ver a El Mató, pero en realidad hay un poco de todo.
¿Qué tan bien se te dio escribir una canción de cumbia o salsa?
SM: Bueno, no soy un especialista en salsa, pero es un género que he escuchado mucho. Sobre todo, cuando los Fabulosos Cadillacs empezaron a hacer música fuera de su género habitual, más latinoamericana. Allí me hice amigo de estos estilos; conocí a Rubén Blades gracias al cover de “Desapariciones” que grabaron los Cadillacs. Me metí un poco, por arriba; y si bien no soy un especialista, la salsa me fascina. Como en todo género, traté de estudiar las formas que le dan sentido, esas marcas de estilo… y al componer mantuve la premisa de que no todo iba a quedar; que no iba a respetar tanto la tradición, sino que iba a tener un poco de mi sello personal. En ese juego, se generó algo nuevo, que funcionó narrativamente con la serie.
Esas son exploraciones musicales, digamos, que puedes hacer en el marco de tu carrera solista. ¿Con El Mató no te podrías animar a hacer algo así?
SM: El Mató es una banda y todos participamos por igual. Cada movimiento, cada giro que hacemos a la hora de explorar y romper un poco lo que ya venimos grabando, tiene que ser consensuado por cinco personas. Entonces, es más difícil dar esos volantazos. Así y todo, creo que lo logramos: en estos últimos discos, nos arriesgamos a ir a otros lugares… y salió bien. Como en Super Terror (2023), donde buscamos nuevos sonidos y formas.
Pero no irían por el camino de la cumbia o la salsa…
SM: Sería algo radical para El Mató [Risas]. Hoy me gusta el camino que ha tomado la banda, ese camino compartido. Obviamente, no me imagino haciendo salsa con ellos; es algo que me divierte hacer en solitario. Disfruto de tener este espacio como solista.
En 2022, El Mató ganó su primer Grammy Latino a Mejor Álbum de Rock con Unas Vacaciones Raras. ¿Este fue un sueño cumplido? ¿Un premio más en la estantería? ¿O un punto de quiebre para tu carrera?
SM: Ganar un Grammy no nos ha cambiado para nada. A los premios en general, le damos la importancia que tienen: son la celebración de un proyecto. Se premia un poco eso, ¿no? Es un jurado que vota y dice: «Bueno, este es mejor que el otro». No creemos que la música y el arte se puedan medir así. Por otro lado, entiendo que sirve en el sentido de decir: «Hay un camino». El camino de la industria, el camino tradicional. El de firmar con las grandes empresas y ver qué pasa con eso. Está también el camino de la independencia, que en un momento era un camino posible, siempre lo fue; aunque a la vez es una ruta limitada que te termina llevando a la otra.
¿Entonces ser ‘indie’ es el primer paso hacia lo mainstream, según tu experiencia?
SM: En nuestra experiencia, pudimos recorrer el mundo, tocar en grandes escenarios, grandes festivales, y hasta ganar un Grammy. Pero por ahí hay un pibe que quiere ser un artista independiente y su sueño también es ganar un Grammy. Depende de cada uno. A mí encantaría ganar un Oscar… y es lo mismo, conceptualmente. Es algo que arrastro desde muy chiquito, de un momento familiar, que nos juntábamos toda la familia a mirar la entrega de los Oscar. Hay algo muy personal, de emoción, de conectarte con el pasado, con tu familia, con los seres queridos que ya no están. De repente, al ganarlo tendría esa conexión. En ese sentido, está bueno decir: «Mira, ganamos un Grammy, el que nunca ganó Justin Bieber, nosotros lo ganamos». Al fin y al cabo, son cosas muy divertidas.
Te preguntaba todo esto porque, bajo mi impresión personal, no hicieron mucho eco del Grammy obtenido. A diferencia de otros artistas, que lo considerarían un hito absoluto.
SM: Sinceramente, somos turistas en ese mundo. Lo importante de los Grammy es que sirve para mostrar tus canciones, porque puede haber alguien más allá que todavía no conoció lo que haces. Eso es algo que a cualquier artista le interesa: que sus canciones lleguen a todos lados y sean escuchadas. Eso es bienvenido y lo celebro. No voy a mentir: haber ganado el Grammy con El Mató me puso contento. Quizás no lo exteriorizamos tanto en las redes, porque no queríamos darle la importancia que tiene… ni poner el foco ahí. Hay artistas que lo colocan como lo más importante del mundo. Para nosotros, no; lo más importante son las canciones, el arte. Y entender que el arte es colectivo, no tiene mejores ni peores.
¿Cuándo escucharemos el primer disco solista de Santiago Motorizado?
SM: Uy… es verdad. Los discos que fui sacando hasta ahora son bandas sonoras. Mi disco solista lo empecé a trabajar hace bastante tiempo. Antes de que El Mato grabe La Síntesis O’Konor (2017).
¡Está pendiente por más de siete años!
SM: Totalmente. La Síntesis O’Konor pegó muchísimo y cambió un montón la dinámica de la banda. Nos invitaban a muchos lugares y eso me dificultó continuar con el proyecto solista. Lo retomé en pandemia, pero ya pasaron como tres años de eso. Este 2024 es el momento perfecto, porque ya sacamos Super Terror, que era lo primero en la lista. Voy a terminar esas canciones y las lanzaré poco a poco, si es necesario. Así no se vuelve a trabar.
¿De cuántas canciones estamos hablando?
SM: Empecé a grabar la base de baterías, bajo y guitarras rítmicas… de cerca de 26 canciones. No creo que salgan todas juntas, pero hay un montón de temas por mostrar. Si quito algunos covers, deben ser en total de veinte composiciones originales.
Cuando compones, ¿cómo sabes que una canción funcionará más con El Mató y otra servirá mejor en tu proyecto solista?
SM: Hay un concepto, una idea. Con El Mató, por lo general, compongo de una manera que nos represente a todos. Por más que las escriba yo, siento que cuando les muestro la canción a los chicos… nos va a representar como conjunto. Los temas en solitario nacen para ser tocados en un determinado ritmo, con un pulso mucho más relajado. Además, en mi proyecto solista hablo de otras cosas, hay un humor más personal. Chistes que me identifican solo a mí, por decirlo de alguna manera. Allí está la división más clara con El Mató. Y esa línea se terminó de marcar con la banda sonora que hice para Okupas. Pero, al final del día, todo lo que escribo está dentro de un mismo universo. Y así será siempre. ■