Hace diez años, la historia de Future Islands cambió para siempre. Como parte de la promoción de su disco Singles (2014), la banda de Baltimore se presentó en directo en el show de David Letterman. Sin saberlo entonces, brindaron una actuación memorable gracias al synthpop nostálgico de su sencillo “Seasons (Waiting on You)”, pero –sobre todo– debido a las contorsiones y el talento vocal de Samuel Herring. Así se transformaron en la agrupación indie de moda, y empezaron a aparecer en diversos festivales alrededor del mundo. Una década después de ese episodio, con la madurez adquirida por los años y con un nuevo disco bajo el brazo –People Who Aren’t There Anymore (2024)–, vuelven al Perú para brindar un único concierto este 19 de marzo en el C.C. Barranco. A propósito de ello, conversamos con Herring y compañía.
Estamos muy contentos de tenerlos de vuelta en el Perú.
Gerrit Welmers: ¡Sí! Nuestra primera visita a Lima fue en 2018, y tuvimos una experiencia realmente increíble. Hicimos algunos amigos en la ciudad, y luego probamos la comida. Realmente, están en el siguiente nivel. Andamos muy emocionados por este regreso, y lamentamos que nos haya tomado tanto tiempo. Estamos muy ansiosos de tocar nuevamente por allá. Perú es un lugar especial para nosotros.
Recuerdo que, durante aquella visita, se hizo pública una fotografía de ustedes junto a El Polen, una banda legendaria de música fusión peruana. ¿Recuerdan ese encuentro? Se supo que intercambiaron algunos discos de vinilo…
GW: Lo recuerdo. Antes de nuestro concierto, nos preguntaron qué sabíamos acerca de Perú. Les dijimos que todos éramos fans de El Polen. Sucede que el abuelo de nuestro promotor José [Batievsky] produjo la película [Cholo], para la cual El Polen hizo una banda sonora en los años 70. Él creció conociendo a sus integrantes. Tras leer la entrevista, José nos invitó a conocerlos cuando llegáramos a Lima. Así fue que terminamos cenando con Juan Luis [Pereira] y su esposa Patricia. Durante el encuentro, lo invitamos a tocar algunas canciones en el concierto que sería al día siguiente. Juan Luis y su violonchelista interpretaron tres temas con nosotros.
El Polen es una banda emblemática del Perú, aunque su sonido de raíces andinas y tradicionales dista mucho del synthpop que hacen ustedes. ¿Cómo llegaron a su música?
GW: Nos encanta todo tipo de música. Tratamos de descubrir artistas constantemente.
Samuel Herring: Es cierto. Tenemos sonidos distintos. Pero creo que hay algo en común. Me di cuenta de esto hace algunos años, escuchando música folk americana de la década de 1920… la época en que nació la canción de autor y el folk en Estados Unidos. En esos años, se escribían composiciones sobre el amor y la muerte, o el amor que te provoca morir. Ahí está el vínculo con Future Islands… Future Islands es música folk, en cierto modo. Cantamos mucho sobre la condición humana, el amor y las relaciones. Sobre el hecho de sentirnos tristes y seguir adelante. En ese sentido, creo que ahí está la conexión con El Polen. Es música tradicional, pero moderna al mismo tiempo.
Future Islands apareció en 2006. ¿Qué es lo más ha cambiado entre ustedes como banda en todo este tiempo? ¿Y en su sonido?
GW: Cuando escucho nuestras grabaciones más antiguas, escucho los mismos sonidos que utilizamos ahora. Tenemos una paleta muy similar. Hay una naturaleza constante en lo que hacemos. Quizás la mayor diferencia es la experiencia ganada. Tenemos muchos años viajando por el mundo, y comprendemos mejor lo que significaba ese sueño de juventud. Cuando éramos más jóvenes, teníamos una idea diferente de lo que representaba estar en una banda. Con los años, el sacrificio que requerimos para lograrlo ha hecho que duremos tanto tiempo juntos.
Sin embargo, en muchos sentidos, sigo sintiéndome como ese muchacho de 18 años; que tenía la mirada puesta en salir al extranjero y compartir su música con la gente. Tocarla, ya sea en el salón de una casa o en el escenario de un festival. Es el mismo sentimiento que perseguimos hoy: compartir nuestra música y, con un poco de suerte, inspirar a los demás.
Les preguntaba porque han pasado 10 años desde esa actuación icónica que brindaron en el show de David Letterman. Para mucha gente, esa presentación fue la oportunidad perfecta para conocerlos. ¿Coinciden en que fue un momento decisivo para la banda?
SH: Sí, definitivamente. Cambió nuestra suerte. Incluso la cambió solo un par de meses después: para la temporada de festivales en Europa y Estados Unidos, por lo general terminan de contratar a las bandas entre enero y febrero. Nosotros teníamos un nuevo álbum por salir [el 24 de marzo de 2014] y habíamos buscado a los grandes festivales para promocionarlo, pero nos rechazaron todos. Después del show de Letterman, nos contactaron para preguntarnos si queríamos tocar. Esto nos pareció gracioso; habían tocado nuestro orgullo…
Porque seguían siendo la misma banda que habían rechazado…
SH: Así es. Es cierto que, para ese momento, la gente había oído nuestra música de pasada. Pero cuando se conectó visualmente con la pasión que poníamos en directo, todo cambió. Si bien el público solía asociar nuestras canciones con lo dramático, tras la actuación en Letterman esto se volvió real. Y así fue cómo las cosas cambiaron para nosotros en un par de meses.
¿Qué tanto cambiaron las cosas para ustedes?
SH: En un año, todo era muy diferente. En dos años, lo era aún más. Previo al show de Letterman, habíamos experimentado un crecimiento orgánico, pero lento. De repente, estábamos en un punto en el que podíamos vivir de nuestra música. No teníamos trabajos de oficina. Nos manteníamos a nosotros mismos. Podíamos comprar un nuevo par de pantalones. Ya no había miedo, por lo que entendimos que debíamos seguir trabajando. No podíamos dormirnos en los laureles para así poder vivir de nuestro arte. Nos sentimos como verdaderos artistas y estábamos muy orgullosos.
¿Les costó adaptarse a la nueva fama?
SH: Nos tomó unos años adaptarnos a ella. Ya sabes… es fácil adaptarse cuando las cosas están creciendo lentamente, pero cuando todo cambia drásticamente, cuesta ponerse al día. Hoy sabemos dónde estamos y lo que queremos. La vida cambia y estamos envejeciendo; nuestras prioridades son diferentes. Igual, seguimos averiguando cómo queremos que suene nuestra música. Diez años después del show de Letterman, no sabemos cuántas oportunidades se nos habrían presentado por sí solas.
“Seasons (Waiting On You)” se viralizó gracias a esa actuación. Hoy en día es, con diferencia, la canción de Future Islands más reproducida en las plataformas digitales. ¿En algún momento temieron en convertirse en el típica banda ‘one hit wonder’ por este sencillo?
SH: Tampoco fue un éxito lo suficientemente grande. [Risas] Sino, hoy estaríamos sentados en nuestras pilas de dinero… o pensando en cómo vamos a escribir nuevas canciones. El problema con esa canción fue que la gente esperaba que yo bailara todo el tiempo. Seguí con ese rollo durante unos años, pero luego ya no me hacía feliz. Es genial cuando nadie espera nada. Hoy me encanta esa sensación de ir a un lugar nuevo y que el público se pregunte: «¿Quiénes son estos tipos?».
Samuel, ¿ya no disfrutas tanto el bailar en el escenario?
SH: Es que, cuando la gente espera que me mueva todo el rato, es mucha más responsabilidad. [Risas] Más presión. En 2024, no tenemos que seguir haciendo lo que la gente espera para llamar su atención. Solo confiamos en nosotros mismos y en lo que hacemos. El público está en nuestros conciertos por una razón: porque somos artistas que confían en sí mismos. No perdemos de vista eso.
Acaban de publicar un nuevo álbum: People Who Aren’t There Anymore (2024). Al escucharlo, queda la sensación de que es un producto de la pandemia; escrito desde el aislamiento y la lejanía. ¿Ese es el concepto del disco?
SH: Bueno, en realidad no es un concepto. Pero sí, el álbum es un producto de la pandemia, de ese tiempo. No intelectualizamos demasiado la música; simplemente escribimos canciones. Las escribimos en momentos en que la emoción golpea. En esa etapa, había demasiada emoción contenida. Muchas cosas pasaban en el mundo; en nuestras relaciones personales como banda; en nuestras vidas como individuos. El mundo entero pasó por esas situaciones.
Cuando empezamos a hablar con la prensa sobre este disco, hace unos seis meses, no queríamos mencionar la palabra ‘pandemia’. Creíamos que ya nadie quería hablar de ello, ni oírlo. No obstante, el mundo está empezando a darse cuenta de que algo terrible nos pasó entonces. Hay un trauma. En cierto modo, este disco sale en un momento en el que tenemos que hablar de ello. Tenemos que hablar de cómo cambió todo nuestro mundo. Porque nada podría ser igual después de un acontecimiento semejante.
¿Creen que es un álbum difícil de interpretar en vivo?
SH: Acabamos de tener unos conciertos en los que tocamos el álbum entero, de principio a fin. Fue un éxito. Salió muy bien. Nos sorprendió lo divertido que era tocar estas nuevas canciones, y lo bien que conectaban con el público. A veces escribes una canción, o haces un demo, y luego la tocas en concierto. Piensas que es realmente buena, pero nadie responde a ella. No ha sido el caso.
¿Todavía sienten nervios al publicar un nuevo trabajo discográfico?
SH: ¡Sin duda! Con People Who Aren’t There Anymore, estábamos un poco nerviosos. Pensábamos en cómo la gente interpretaría estas canciones. Felizmente, han tenido una buena acogida. Hoy solo nos preguntamos cómo vamos a hacer nuestros setlists, porque tenemos que poner cinco, seis, siete o hasta ocho canciones nuevas. Pero este disco es emocionalmente intenso en vivo. Lo van a disfrutar muchísimo. Es un buen álbum de Future Islands, y el público se conecta rápido. Estamos muy orgullosos de lo que hemos logrado, tanto en el estudio como sobre el escenario. ■