Levantarse de la cama, escribir versos y acordes en un papel, prender la computadora y empezar a grabar. El track resultante, que bien podría considerarse un demo o una maqueta, queda como la versión final. La canción que se lanzará en redes sociales y plataformas como Bandcamp, Soundcloud y Spotify. Es la era del bedroom pop, la nueva acepción del clásico hazlo-tú-mismo.
Ir a contramano de la industria musical y ser el único nombre en los créditos de tu disco, no es algo realmente nuevo. Sin embargo, antes era muy difícil llegar a audiencias masivas gracias a una laptop, un software quizás pirateado y un controlador MIDI (con los cuales se logra además una calidad de sonido aceptable sin recurrir al lo-fi). Pero no solo se trata de la tecnología, sino también de los lenguajes: esta tendencia se caracteriza por promover un electropop que retrate los desamores fugaces. Las vicisitudes de la posadolescencia.
Actualmente, esta corriente creativa –que el portal Complex ha definido como propia de una generación que «nunca ha experimentado la vida sin internet»– tiene entre sus referentes a Clairo, Cuco, la primera Frankie Cosmos y Gus Dapperton. En el Perú, aunque no con el rótulo de bedroom pop, han aparecido actos de similar ejecución: Negra Valencia (con su EP debut Pan Con Mango); Santa García, Fabricio Robles (ambos más orientados al indie folk); Kawaiimaster 420 (entre otros miembros del colectivo Gatitx); y ahora Diego Chávez Vizcardo, el nombre detrás del novísimo proyecto local Somontano.
Este músico de 19 años de edad ha plasmado sus inquietudes personales, que transitan entre la niñez y la adultez, en un primer trabajo discográfico titulado Niebla Sucia. Un EP de apenas tres canciones que grabó, mezcló y masterizó en su propia habitación. Con ellas, según describe en su perfil de Spotify, «encuentra la manera de hablar acerca del paso del tiempo, las relaciones y la autorrealización».
Y vaya que lo logra: en el track inicial “Desaparecer”, la añoranza por el pasado se establece tanto en el plano musical (con el uso de melodías sintetizadas y procesadores de efectos para obtener una estética retro, también llamada chillwave) como en las mismas letras (en la segunda estrofa Somontano canta un entusiasta verso «llevo el horizonte en el bolsillo / y río cuando se me escapan los zapatos» para luego claudicar en el coro «Y tal vez lloré, tal vez sufrí / nunca me advirtieron que todo llega a su fin»).
Niebla Sucia es un EP redondo que se nutre de las contradicciones humanas, y que nos presenta a un Somontano camino a resolverlas.
El segundo tema, “Los edificios”, es una metáfora urbana que ahonda en el quiebre emocional y el desamor. Ahí está la línea «Y los edificios que tú y yo construimos / no tienen valor, tampoco cariño / solo se derrumban, caen hasta el piso»). Pero es en el último corte donde Somontano pasa de la negación a la aceptación. En “Cigarro de menta”, voz e instrumentos reemplazan al pop más digital para cerrar el círculo. La guitarra acústica marcando el ritmo, y la eléctrica como contrapunto de la melodía vocal. Es la intimidad en todo sentido.
Desde sus cuatro paredes, el músico casi solloza los siguientes versos: «Pero sueñas conque el sueño acabe / apresurando el café, apresurando el viaje / las responsabilidades te cobran peaje / los momentos para reír se fueron al drenaje, como dejaste que pase […] y el tiempo, sin tu tiempo, demora en terminar, es un cigarro de menta». Letras que expresan ingenuidad y entendimiento. Niebla Sucia, pues, es un EP redondo que se nutre de estas contradicciones tan humanas, y que nos presenta a un músico camino a resolverlas. No por nada su nombre artístico, Somontano, significa ‘estar al pie de la montaña’. Una cumbre que sin duda alcanzará pronto. Solo, desde su habitación.
Sello: Independiente
Producción: Diego Chávez Vizcardo
Grabación, mezcla y masterización: Diego Chávez Vizcardo en estudio casero (Lima, Perú)
Fotografía: César Augusto Ramírez
Formato: Digital