Mon Laferte – ‘Femme Fatale’

Portada del disco 'Femme Fatale' de Mon Laferte
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Empoderamiento. Eso es lo primero que pensé al ver la portada de este disco: Mon Laferte sentada en el suelo, frente a un viejo automóvil detenido por el tiempo. Con un rostro entre desafiante y vulnerable, y una banda que la corona con el título de Femme Fatale. Precisamente, el nombre de su nuevo álbum (2025, Sony Music Latin). Cuando terminé de escuchar esta nueva producción –la novena en su discografía–, entendí la visión que la artista tiene de la mujer fatal: una figura peligrosa, hermosa, seductora y segura de sí misma, pero que sufre ante los peligros de un mundo hostil. 

Se trata de una obra en la que la cantante chilenomexicana se niega a someterse a las fórmulas de la inmediatez y el consumo rápido. Catorce canciones en las que acompaña las armonías del jazz con la energía del alt-pop moderno, brindándonos una propuesta que solo puede calificarse como audaz.

Lo primero que se escucha al iniciar el disco son unas sonoridades que nos transportan a un bar neoyorquino en los años 50. Apenas noté esto, no pude dejar de pensar en lo bien que un vaso de whisky podría acompañar la experiencia (¡y qué razón tenía!). En este viaje al pasado, la producción musical se alza como uno de los puntos más altos y consistentes del álbum. Impecables y con una fuerte presencia, los instrumentos complementan a la perfección la voz. Nunca se sintieron como un mero acompañamiento, sino que se nos presentaron como un personaje más en el teatro sonoro creado por Laferte.


Pero enfoquémonos en lo que para muchos puede ser el punto clave de la obra: la interpretación vocal. La cantante, conocida por éxitos como “Mi Buen Amor” o la aclamada “Tu Falta de Querer”, demuestra con este trabajo la búsqueda de un sonido que une lo tradicional con lo contemporáneo, posiblemente inspirada por su incursión en el teatro musical de la mano de Cabaret. La fuerza de su voz es, sin discusión, el alma del disco. Canciones como “Otra Noche de Llorar” son un recordatorio impactante de la capacidad única de Laferte para transmitir dolor y fragilidad a través del canto; una característica indispensable de su arte y notoria en sus éxitos previos.

Por otro lado, al escuchar “Veracruz” y, especialmente, “El Gran Señor”, pude constatar la crudeza y veracidad de las letras. La artista nunca evitó abordar temas de profunda sensibilidad, como el desamor tóxico o las vivencias de abuso. 

No obstante, debo reconocer que el álbum presenta momentos que pueden desentonar. Por ejemplo, la transición entre el opener “Femme Fatale” y “Mi Hombre” con un obvio uso de autotune. O el track “1:30”, donde la cantante coquetea con el spoken word. Aunque este sea un recurso estilístico intencional, se sintió más bien como un cambio abrupto y anticlimático.

Como un oyente casual de Mon Laferte, solo puedo decir: escuchen Femme Fatale. Sus canciones no están planteadas como los próximos hits de temporada, ni como los esenciales de las playlists de moda. El disco es una carta a la autenticidad, a la complejidad femenina y a la belleza de lo imperfecto. Una experiencia que debes disfrutar sin interrupciones, sin prejuicios y con las luces bajas (y un vaso de whisky). Solo así podrás escuchar a este eco de divas del cabaret, de Frank Sinatra y Chavela Vargas, que surge desde la sensibilidad de una mujer que ha vivido, amado y se ha reinventado sin cesar. ●


Escucha Femme Fatale (2025) de Mon Laferte: