En este tercer disco, la banda de Cambridge aborda la sensibilidad desde nuevas perspectivas, con un enfoque astuto, tierno e infantil
Forever Howlong (2025, Ninja Tune) es un disco teatral que explora las complejidades de la vida adulta, con un sonido brillante y melancólico envuelto en ternura infantil. El tercer álbum de Black Country, New Road marca el inicio de una nueva etapa creativa tras la salida de su vocalista principal, Isaac Wood, y funciona como testimonio de su capacidad para transformar la adversidad en evolución sonora. En esta entrega, la banda de Cambridge apuesta por un sonido expansivo, influenciado por el pop progresivo y barroco, sin perder su esencia indie.
El sonido de Forever Howlong es amplio y dinámico. Esto, gracias a una paleta instrumental diversa: piano, bajo, guitarra, batería, violín, clavecín, flauta, saxofón. Un Arcade Fire repotenciado, si se quiere. Además, el cambio más notorio respecto a los proyectos anteriores es la aparición de Georgia Ellery (violinista) y May Kershaw (pianista) como nuevas vocalistas principales. Por otro lado, el post-punk que marcó el debut de Black Country (2021) queda completamente atrás en favor de texturas más reconocibles, abriéndose hacia un espectro complejo del pop. Aunque este disco guarda paralelos con Ants from Up There (2022), con la salida de Wood también se desvanecen los matices de tensión post-punk y la profunda angustia que impregnaban aquel sonido.
“Besties” propone un arranque explosivo en Forever Howlong. Sienta las bases con elementos que se repetirán a lo largo del disco: coros envolventes y progresiones ‘beatle’. La letra celebra la amistad con la ternura propia de una obra escolar («I wanna see my best friend waving at me / I wanna be living with you. Seeing it through / Do you wanna play forever? / How long can I play?»). En tanto, la instrumentación de ‘big band indie’ acentúa la ya mencionada reminiscencia de Arcade Fire.
En “The Big Spin”, se consolidan las características sonoras del primer track, sumadas a versos que evocan lógicas lúdicas («Put on the boots, hop, skip or step on the thread»). “Socks” introduce componentes del pop progresivo y barroco, con cambios de tempo que acompañan una historia sobre la nostalgia, la inocencia y el deseo de conexiones profundas en la adultez («Maybe I speak in a way / That makes it seem like I was born yesterday. But I’m not afraid at all / There’ll be another who’s seen every colour»).
Con “Salem Sisters”, se evidencia una perspectiva femenina que ya se asomaba en los tracks previos. La letra gira en torno a la complicidad entre las mujeres frente a los juicios externos. Esto, con metáforas sobre la quema de ‘brujas’ en Salem; una referencia macabra tratada con elegancia y humor («Happily (There’s no use fearing what you said) / In a tree (It’s all just the fuel on fire)»). Así se escuchan ritmos cambiantes, pianos puntuales y un guiño al universo sonoro de Regina Spektor.
Luego está “Two Horses”, con una impronta de folk y americana, donde se puede identificar la influencia de Joanna Newsom. Sin embargo, hacia la mitad, la canción se abre a influencias progresivas con la entrada de la percusión y arpegios de guitarra. Resuena la acústica de corte medieval al estilo de Richard Dawson.
En “Mary”, la mirada femenina adopta un tono desolador. Se narra la vida de una joven alienada, víctima de burlas, que hace el payaso para sobrevivir y termina emocionalmente agotada en un mundo donde nunca se llega a ubicar («Pushed around, ignored, let down / their laughs are at, not with»). La instrumentación oscila entre la tristeza y la rabia contenida, algo propio del catálogo de Fiona Apple.
El disco se aproxima al fin con la prolongada y oscura “Nancy Tries to Take the Night”. Es un relato de instrumentación minimalista, que cuenta la historia de Nancy: una mujer frágil y perdida que intenta llenar el vacío de su existencia con excesos. La narrativa musical se construye a partir de capas de guitarras y un violín sinuoso, y evoluciona a la par de la letra.
Con Forever Howlong, Black Country New Road persiste en el ámbito de la música inclasificable. Sobre todo, luego de la complicada salida de Isaac Wood; que de irreparable pérdida para la banda, pasó a ser una oportunidad de reinvención. En este tercer disco, las sensibilidades de los de Cambridge se abordan desde nuevas perspectivas, con un enfoque astuto, tierno e incluso infantil. En suma, una ruta distinta a lo que mostraron previamente, pero que reafirma el carácter impredecible de la agrupación. ■
Escucha Forever Howlong (2025) por Black Country New Road:
Tracklist:
- Besties
- The Big Spin
- Socks
- Salem Sisters
- Two Horses
- Mary
- Happy Birthday
- For the Cold Country
- Nancy Tries to Take the Night
- Forever Howlong
- Goodbye (Don’t Tell Me)