Rompiendo Fronteras: “Es más fácil que un rapero se abra al rock a que un rockero se abra al rap”

Rompiendo Fronteras en el estudio
Ricardo Curay

Influenciados por los noventeros Rage Against The Machine y Limp Bizkit, pero también por los sonidos actuales de Wos, Trueno y Duki, Rompiendo Fronteras aparece en la escena local con una propuesta que combina –sin reserva alguna– el rock y el rap. Claudio ‘Venti’ Berckholtz, Francisco ‘Cisco’ Medina y Javier Honorio, integrantes de esta nueva banda peruana, la tienen clara: “El rapero y el rockero todavía no caminan de la mano, pero las nuevas generaciones están haciendo que esto cambie”. Luego de haber lanzado su nuevo sencillo “QSJ”, y próximos a editar un cover de Los Nosequién y los Nosecuántos, conversamos con Rompiendo Fronteras sobre el reto de lidiar con públicos tan disímiles (y difíciles).



¿De dónde nace la idea de mezclar el rap y el rock en Rompiendo Fronteras?

Cisco: Fue algo con lo que crecí. Bandas como Rage Against The Machine (RATM) o Limp Bizkit me sirvieron para crear este proyecto. Es algo que en los años 90 se hizo, pero luego ya no. Así que sentimos la necesidad de empezar con una propuesta de este tipo. 

RATM y Limp Bizkit son influencias, pero en un video reciente comentaron que tienen referentes contemporáneos como Wos y Catriel. Ustedes decidieron combinar ambos mundos, pero es algo que, como mencionan, se hizo hace años. ¿Cómo ven la evolución del rap rock en estas décadas?

Venti: Me encanta. Soy partidario de que la música no solo se limite a géneros. Amo la música; no solamente el rock y el hip hop. Vengo del mundo del freestyle y de ver a cantantes como Wos, que empezó en el rap y después se metió al rock. Eso fue algo chévere. Cuando Cisco me propuso ser parte del proyecto Rompiendo Fronteras, me pareció una idea espectacular porque imaginaba todo esto. En Perú hay muchos artistas talentosos que fusionan géneros, aunque hemos encontrado nuestra propia ‘ramita’ en la fusión del rock con el hip hop.

En algún momento, entre los años 90 y 2000, apareció el Nu metal. ¿Qué lo diferencia del rap rock?

C: El Nu metal era muy potente en su época con Limp Bizkit, Linkin Park y Papa Roach. Lo que pasa ahora con el rap rock es que artistas como Duki, Catriel y Wos recurren a músicos de rock y metal, y al mismo tiempo incluyen arreglos del rap y el trap. Con Rompiendo Fronteras queremos hacer eso. No queremos tocar rock únicamente, sino también otras vertientes de la música, pero siempre vinculadas al hip hop y a lo urbano.

¿Creen que es más fácil que un rockero se abra al rap… o que un rapero se abra al rock?

V: Es mucho más complicado que un rockero se abra al rap.

¿Por qué? 

V: Puedo estar equivocado, pero digo esto por personas que conozco y cómo he visto sus transiciones. Te pongo el caso de uno de los integrantes de Inkas Mob, Ginola. Es el ejemplo perfecto de por qué es más fácil que un rapero se abra al rock. Él es vocalista de los Inkas Mob, que suena esencialmente a rap y trap, pero a la par tiene un proyecto de rock metal llamado La Banca Cana. Si escuchas a Ginola en ambos proyectos, te darás cuenta de que se adapta a los dos estilos sin perder su esencia. Hay habilidades que desarrollas cuando haces rap o freestyle que te permiten ganar recursos cuando quieres hacer otros géneros. Solo te quedaría pulir lo que falta, que para el caso del rock puede ser la voz o la entonación.

¿El rapero es más versátil e inclinado hacia la performance que el rockero?

V: Puede ser, pero eso también depende del estilo y el enfoque de cada artista. El rockero tiene una performance distinta a la del rapero. La euforia del rock es algo que muy pocas veces se encuentra en el rap. La profundidad de las letras en el rap se encuentra poco en el mundo del rock.

C: Pienso igual que Venti. Es más fácil que un rapero se abra al rock. El rockero es un poco más cerrado. También depende de qué generación venga. Por ejemplo, yo tengo 33 años y la gente de mi edad está más abierta a escuchar lo nuevo; pero hablo con muchos colegas que son mayores y creen que la música murió en los años 90 o en los 2000. El rock es más digerible que el rap en muchos aspectos y, por ello, es más fácil de consumir. El rap se ha escuchado poco en las radios o casi nada; es más underground. Para el rockero es más difícil incursionar en el rap porque no ha crecido con eso desde antes.

Hay muchos antecedentes sobre fusiones de rap y rock en la historia. Andrés Calamaro, por ejemplo, colaboró en una canción de Kase O, hoy una institución del hip hop en español. En los años 80, está el recordado caso de Aerosmith con Run-D.M.C.

C: “Walk This Way”. Y en los años 90, tienes mucho más ejemplos: Cypress Hill, D’Angelo, Rage Against The Machine, Beastie Boys. Incluso hubo bandas peruanas, como Por Hablar o La Raza, que fusionaron el rock con el rap. 

¿Y qué tanto bebe Rompiendo Fronteras de Por Hablar o La Raza?

C: Por el lado de la composición, no son mis referencias nacionales. Sí diría que son bandas que escucho hasta el día de hoy. Sin embargo, siento que el rap rock es algo que se quedó en esa época y después no salieron más artistas que intentaran hacer esa fusión.

V: Conozco bandas locales que tampoco son mis referencias, pero sí rescato su estilo. Una de ellas es La Banca Cana, que me parece un bandaza. O Mauser, que para mí es la mejor banda de rock nacional. Está totalmente adelantada a su tiempo. Las canciones que sacaron hace una década son las que actualmente la gente busca emular.

Hay artistas que afirman que el rap es el rock de esta generación. 

V: Lo dicen por su popularidad y viralización. El rap se ha vuelto muy viral. La aparición de The Notorious B.I.G. y 2pac fue un verdadero cambio. Ellos abrieron la puerta para muchos raperos; incluso a quienes los preceden, como Mobb Deep, Redymane, Method Man. Fueron una gran influencia para los raperos sudamericanos, que terminamos apostando por otras vertientes del hip hop.

C: He trabajado con Trueno, YSY A  y Duki. En vivo suenan increíble. Su show no parece un concierto de rap o trap. Tienen muy buenos músicos. Duki, por ejemplo, ha convocado al baterista de una de mis bandas favoritas: Carajo. Logran la potencia de un concierto de rock, pero con el rap. La mayoría de los artistas urbanos están llevando el movimiento a otro nivel.

Entonces, ¿se puede decir que el rapero y el rockero ya pueden caminar de la mano, o todavía no?

C: Siento que aún no. Todavía hay un paradigma de separaciones. Por ejemplo, un cantante que a mí me gusta mucho es Norick. Si tú le preguntas a los rockeros quién es Norick, probablemente nunca lo escucharon. Las ramas están separadas. Solo llegó a sus oídos lo poco que se hizo de rap rock y no los abrieron para gente como Rapper School, Pedro Mo, Guerreros del Bajo, entre otros. A veces la gente me miraba mal por escuchar rap rock. Los rockeros me decían: “¿Te gusta el rock, pero también escuchas rap? No te defines”. Sentí que estaba fuera del ámbito del rock y del rap… aunque los raperos me acogieron. Los rockeros eran más cerrados. Felizmente, las nuevas generaciones están cambiando esto.

Rompiendo Fronteras en la carátula del tema "QSJ"
Rompiendo Fronteras son Francisco ‘Cisco’ Medina, Claudio ‘Venti’ Berckholtz y Javier Honorio.

En los grandes festivales de hoy, existe una tendencia de incluir cada vez más a los raperos. Pasó con Dillom, Wos, Trueno e YSY A en el Lollapalooza Argentina; o Ana Tijoux y Chystemc en el Lollapalooza Chile. También sumaron las batallas de freestyle a los carteles. ¿En el Perú podría funcionar algo así en eventos como Vivo X el Rock?

V: No. En el Cosquín Rock Perú se armó un escándalo porque anunciaron a tres artistas de hip hop en el festival: Rels B, Trueno y ACO. A la gente no le gustó y evitaron comprar entradas. Será un poco polémico lo que voy a decir, pero el público peruano, al igual que los artistas, todavía está evolucionando y aprendiendo. Así como hay puristas en el rock, en el rap también los hay. Artistas y público puristas.

C: El público local aún no está preparado para este tipo de fusiones. He trabajado en todas las ediciones de Vivo X El Rock y siempre escuché a la gente decir: “¿Por qué meten cumbia? ¿Por qué meten salsa?”. A los peruanos les cuesta escuchar nuevas propuestas porque prefieren quedarse con lo antiguo. Me encantaría que en alguna edición de Vivo X El Rock se le dé espacio al hip hop y puedan incluir a Norick o Gonzalo Genek.

Hablaron del purismo en el rap. ¿Qué caracteriza a un purista del género?

V: El rap antes era bien sectario y cerrado. Cuando nació Soporte Alterno, el colectivo donde aprendí a rapear, había gente que decía que seis chibolos blancos no podían hacer freestyle. El público comentaba en los videos: “Los blancos que se creen raperos”. Jaze rompió un poco esa barrera porque ganó absolutamente todo, pero todavía hay gente cerrada.

Rompiendo Fronteras acaba de publicar el videoclip del sencillo “QSJ”. Es una canción que golpea a los políticos desde el título, un acrónimo de “Que se jodan”. ¿La música debe ser política cuando es necesario, o es posible un arte apolítico?

V: El arte no siempre tiene que ser político, pero siempre debe dar un mensaje o dejar alguna lección de vida. Con Rompiendo Fronteras me pasó algo que nunca había experimentado: pude escribir algo que realmente trascienda en mi vida. Provengo de una familia a la que nunca le ha faltado nada; pertenezco a ese porcentaje menor del Perú. Lo digo así porque es mi realidad, no me avergüenzo de ello. Sin embargo, haber conocido la calle gracias al rap, me ha permitido, desde mi posición de beneficio, expresarme contra la injusticia.

¿Y así nació “QSJ”?

V: “QSJ” nació porque los tres, Francisco, Javier y yo, estábamos cansados de vivir en un país donde la gente se muere de hambre. En el Perú, los que están en el poder se bañan en plata y compran relojes Rolex. Los peruanos nos hemos acostumbrado a que la maldad pasa y está bien.

C: Con “QSJ” hablamos de lo que nos molesta; de la gente que te da la espalda y de los que se aprovechan. Es verdad que un artista no puede ser apolítico, pero tampoco puede hablar siempre de lo mismo. Tenemos otras canciones en las que no abordamos absolutamente nada de política.

Entiendo que Rompiendo Fronteras está preparando un cover de “Las Torres”, el clásico de los Nosequién y Los Nosecuántos. De nuevo, es una canción de corte político.

V: Es icónica. “Las Torres” es mi canción favorita del rock peruano y trasciende cualquier situación. No estamos planeando recrearla en un punto donde se diga: “Ah, se la están robando”. Queremos hacer un cover con nuestro propio estilo.

C: Elegimos esa canción porque, a pesar de que han pasado más de 30 años desde su lanzamiento, habla de una situación que sigue igual. En la política pasa lo mismo;  nos siguen robando. El peruano olvida muy rápido.

“Las Torres” tiene una particularidad: si bien entra dentro de la categoría de rock, es una canción muy orientada al rap. Me animaría a decir que es una de las canciones más ‘raperas’ del rock peruano. ¿Coinciden?

V: De todas maneras. No solo es rapera, sino que combina lo mejor de los dos mundos: versos rapeados con cortes melódicos de rock. Los Nosequién y Los Nosecuántos crearon una fórmula bien chévere en el estudio.

C: “Las Torres” debe estar en el top 10 de canciones que han marcado al Perú. Narra la época del terrorismo, el paso de los presidentes y todo lo que está mal en la política. Su compositor Alfredo Sillau, quien además le pone voz a la canción, en ningún momento la canta; todo el tiempo la rapea. Los Nosequién experimentaron con la cumbia y la salsa, pero nos pareció muy chévere que, en algún momento, también hayan considerado al rap. ■


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