Lo analógico y lo digital. Un sintetizador y una guitarra eléctrica. Dos máscaras. Identidades desconocidas, pero un sonido reconocible. Esa es la fórmula de Laikamorí, dúo nacional que apareció en el 2014 con el impecable EP °°°°°°°, donde exhibieron una gran destreza en el ensamble sonoro, y que ahora consolida su propuesta con Persōna, su primer disco de estudio.
Son cuatro años de oficio en el dream pop y la experimentación que se ven plasmados desde el arranque del álbum. En “Sísifo”, el track inicial de cinco minutos y 46 segundos (y quizás su canción definitiva hasta el momento), confluye la naturalidad de las melodías guitarreras con la artificialidad de los beats y las voces digitales. Dualidad pura.
Además, esta consigna musical está presente en los sencillos promocionales “Masken” y “Psi Gamma”, que coquetean con el ambient y en determinados momentos con la denominada folktrónica (término acuñado en este siglo para definir; precisamente, la combinación de la instrumentación acústica y de los sonidos electrónicos).
Persōna es, a la fecha, la mayor puesta en escena de Laikamorí; de su dicotomía musical, de su esencia orgánica y artificial
Pero este equilibrio entre lo analógico y lo digital ha sido enriquecido gracias a un nuevo productor: Mario Silvania, quien ha aportado sus buenas intenciones pop al elepé. Muestra de ello son la a veces chillwave “1957”, “Saudade” (el otro clímax del disco), y “Anonyma” (donde Mario incluso colabora con el sintetizador). Este balance solo es perturbado por la pomposa “M111″ (una suerte de gospel del siglo treinta), y por el interludio “100110″.
Persōna es, a la fecha, la mayor puesta en escena de Laikamorí; de su dicotomía musical, de sus dos esencias (la orgánica y la artificial). Por ello, no sorprende el título del álbum, que refiere al concepto elaborado por Carl Gustav Jung: la “persona” no es otra cosa que aquella máscara que nos colocamos frente a ciertos individuos. Es decir, la proyección pública de nosotros mismos. No obstante, el mérito del dúo nacional es que, a pesar de las máscaras, han gestado una identidad única: su sonido.
Sello: Plastilina Records
Producción: Mario Silvania
Grabación: Estudios Dragón Verde (Lima, Perú)
Mezcla: Juan José Salazar
Masterización: Juan Stewart en El Árbol (Buenos Aires, Argentina)
Arte: Oman Morí
Formato: Digital; vinilo