El quinteto bonaerense combina su raíz rockera con nuevas texturas electrónicas en un álbum que apuesta por la resistencia sonora
Desde la distorsión como punto de partida, Quiero que lo que yo te diga sea un arma en tu arsenal (2025, Indie Folks) encarna la idea de resistencia en tiempos donde el discurso autoritario vuelve a ocupar las calles. El cuarto trabajo de Winona Riders materializa su voluntad de sostener una voz propia, combativa y siempre ligada al pulso colectivo.
El disco se mueve entre la crudeza del rock y la exploración digital. Canciones como “Hatso!” introducen matices dub y un uso más deliberado de sintetizadores, mientras que la banda mantiene el vértigo rítmico y el espíritu de urgencia que la distingue. Por momentos, las capas electrónicas amplían el rango expresivo del grupo sin diluir su fuerza instrumental.
En el plano lírico, el grupo argentino aborda distintas formas de vínculo y de experiencia urbana. “Dejalo Rodar” condensa la energía del escenario; “Viajando en el asiento de atrás” observa el amor desde la alienación cotidiana; e “Ingrid Grudke” retoma el pulso punk de Buenos Aires con ironía y desborde. Son fragmentos de una obra que equilibra caos y precisión.
Integrado por Ariel Mirabal Nigrelli, Ricardo Morales, Gabriel Torres Carabajal, Francisco Cirillo y Santiago Vidiri, Winona Riders cuenta con tres álbumes previos —Esto es lo que obtenés cuando te cansás de lo que ya obtuviste (2023), El sonido del éxtasis (2023) y No hagas que me arrepienta (2024)—. En noviembre iniciarán su primera gira europea con fechas en España, Inglaterra, Irlanda, Dinamarca, Alemania y Francia. ●
