“Soy Mar”, “Vals a mi fantasma” e “Ilusión” formaron parte del disco que cumple diez años desde su lanzamiento
La memoria musical también puede transformarse. Para Micaela Salaverry, el 2025 comenzó con un ejercicio de nostalgia que la llevó a redescubrir su propio origen artístico: el año 2014, cuando debutó en la escena limeña con su disco Cosas Que No Hacen los Niños. Por aquel entonces, la cantautora trujillana era una figura emergente que convertía emociones íntimas en melodías acústicas. Hoy, más de una década después, regresa a ese primer capítulo, reinterpretando algunas de sus canciones con un nuevo sonido y colaboraciones cuidadosamente seleccionadas.
La idea de reimaginar este disco surgió a mediados del año pasado, cuando Micaela invitó a sus seguidores a elegir sus temas favoritos a través de las redes sociales. La respuesta marcó el camino y se materializó con el lanzamiento de tres versiones reimaginadas, comenzando el 3 de enero con “Ilusión”. En esta canción, escrita en palabras de la artista «con el corazón hecho pedacitos», Micaela exploró su anhelo por el amor genuino, contando para esta versión con la interpretación de Nia Vanie. «Esta canción me cambió la vida y me abrió las puertas al mundo de la música y las historias», recordó la cantante.
El segundo capítulo se dio con “Vals a mi fantasma”, tema en el que se unió a Cristina Valentina, artista local que había admirado desde el inicio de su carrera. Finalmente, Micaela cerró este viaje emocional con “Soy Mar”, su más reciente estreno, y acompañada por Gala Brie. «Un himno hacia la libertad que me enseñó lo increíble que es estar en paz con uno mismo», escribió al presentar esta nueva versión.
A través de estas reinterpretaciones, Micaela Salaverry no solo visita su pasado musical, sino que lo contextualiza. Así permite que sus primeras composiciones lleven una luz distinta, pero con la misma autenticidad que las vio nacer. ■