La artista colombiana publica su cuarto disco, un trabajo de 13 canciones que enfatiza lo íntimo y reúne múltiples colaboraciones internacionales
En A Danger to Ourselves (2025, RVNG Intl.), Lucrecia Dalt se adentra en un territorio donde la vulnerabilidad no es gesto estético, sino punto de partida creativo. El álbum presenta 13 composiciones que construyen musicalidad a partir de fricciones: percusiones que interrumpen voces, bajos que sostienen texturas y capas sonoras que avanzan con inestabilidad calculada. La propuesta se distancia de la ficción sci-fi de ¡Ay! (2022) para situarse en experiencias personales.
El disco se apoya en un entramado colectivo. Alex Lázaro aporta la base rítmica; David Sylvian suma coproducción e instrumentación; Juana Molina participa en “the common reader”; Camille Mandoki interviene en “caes”; Cyrus Campbell incorpora bajo eléctrico y acústico; y Eliana Joy añade cuerdas y coros que amplían la dimensión emocional. La voz de Dalt se abre aquí con una claridad inusual, construyendo escenas sonoras que bordean lo íntimo y lo indomable.
Tres singles anticiparon el lanzamiento: “divina”, acompañado por un video de Tony Lowe; “caes”, colaboración con Mandoki filmada en México y el suroeste estadounidense; y “No death no danger”, donde un entorno visual en rojos resalta la corporalidad de la intérprete. Cada adelanto funcionó como pista previa de un álbum que se despliega como declaración abierta y que ahora está disponible en vinilo, CD y digital.
Nacida en Pereira, Colombia, y formada inicialmente como ingeniera civil, Lucrecia Dalt dejó esa carrera para dedicarse a la música experimental. Tras publicar Commotus (2012) y Syzygy (2013), consolidó un estilo propio con Anticlines (2018), No era sólida (2020) y ¡Ay! (2022), trabajos que la situaron en listados de lo mejor del año de medios como The Wire, Pitchfork, NPR y The New York Times. A Danger to Ourselves es su álbum más personal hasta la fecha, una obra que exige ser escuchada como experiencia total. ●