El cantautor peruano alista el terreno para publicar su próximo álbum Boy Scout en marzo
La música de Lobo Gris grita conciencia social. No se ha amilanado ante el gobierno, ni ante el Congreso, ni ante cualquiera que ostente el poder. Después de seis meses sin lanzamientos, el cantautor peruano regresa con su nuevo sencillo “Chupasangre” junto a La Rosa y Jonathan Mendoza, donde apunta su voz y guitarras hacia las emisoras radiales y las plataformas digitales. Se trata, además, de un nuevo adelanto de su próximo álbum Boy Scout (2024), que publicará en marzo.
«Fue la primera canción que escribí para el disco nuevo, hace ya dos años. Creo que muchos amigos artistas están priorizando lanzar música para calentar el algoritmo y cumplir el mandato de las DSPs, más que porque tengan algo qué decir. Esto es durísimo porque las plataformas digitales te obligan a jugar su juego para existir y encima pagan una nimiedad por escucha cuando se recauda muchísimo dinero al año, es casi una condena al arte y a la música», dijo Gustavo de la Torre Casal, el nombre detrás del proyecto.
Pero este sencillo no llegó solo. Lobo Gris lo ha acompañado de un remix de su tema “El guapetón de la radio”, incluido originalmente en su disco Último Recurso (2022, BigBlue) con la participación de Wendy Sulca y Nicolás Duarte. En esta nueva versión, se ha añadido un segmento donde canta Fiorela Giraldo, además de la colaboración de Mario Acuña y Renzo Vignati para refrescar su sonido.
Sobre el remix, De La Torre Casal explicó: «Siempre quise darle su espacio para funcionar. La canción es una dicotomía porque si bien es la canción más radial que he hecho en mi vida, por la letra es imposible que alguna radio la vaya a pasar. Habla de cómo es que vivimos en un refrito de los años 80 y 90 en la programación del dial, y cómo no se le da oportunidad a artistas nuevos o incluso a canciones nuevas de artistas consolidados».
Letra de “Chupasangre” por Lobo Gris:
Pendientes de un algoritmo,
obligados a cumplirlo
Es una presión creativa
y una prisión que domina
La música es más que código,
es insólito, este abuso
Industrializándose mi voz,
ya no hay amor a la canción
Condenados a en masa producir
lanzas música sin tener qué decir
Agobiado por calendarios
que se tienen que cumplir,
para existir
Y así absorbes mi pasión,
regalando su ilusión,
Chupasangre
Sanguijuela deja de beber
Y se pudre esa manzana que abusa ‘e mi trabajo,
nos ataca con castigos en busca de contenido
Otro roba el río Amazonas y toda su identidad
y lucra con nuestros himnos pal espacio despegar
Y un monstruo del teléfono vive en tu celular,
también lucra de nosotros y nos paga sin piedad
Otros que también pensaban nos hacían un favor (por favor)
exponiendo las canciones en su ruin programación (sin pago)
Y hay una más chupasangre y abusadora que todas,
que permite contenidos fachos como los de Rogan,
y a él le paga los millones por llenarnos de mentiras
y a quien dice la verdad sólo le tira unas migas
Tres milésimas ‘e centavo por cada reproducción,
casi 10 millones de euros gana por recaudación,
que reparte injustamente a todo aquel que es un artista,
un modelo de negocio que linda lo terrorista
Pendientes de un algoritmo,
obligados a cumplirlo
Industrializándose mi voz,
ya no hay amor a la canción
Una industria sin amor
Ni migajas ni perdón
Chupasangre
Sanguijuela deja de beber
Retrocede tu obsesión
De matar la creación
Chupasangre
Sanguijuela, te voy a detener