Resulta curioso, casi un caso de estudio, que a pesar de nuestra proximidad con Brasil, sepamos tan poco de su música contemporánea; sobre todo de lo que las bandas emergentes de ese territorio, tan lleno de selva y mestizaje, están ofreciendo al mundo. Brasil tiene, pues, una movida musical que funciona bajo sus propios términos, y que va más allá de lo que Caetano Veloso, Gilberto Gil y Chico Buarque nos dejaron como legado.
Bajo esta premisa (y la de que a estas alturas el idioma no debería de ser una barrera para generar lazos en nuestra región), decidimos conversar con Terno Rei, una agrupación de la fría ciudad de Curitiba, al sur de Brasil, que viene haciendo música desde el 2011 y que este año lanzó su disco Violeta, distribuido digitalmente por Ditto y parte del catálogo de Balaclava Records.
Siendo este su tercer trabajo discográfico, y probablemente el mejor hasta la fecha, los brasileños de Terno Rei nos presentan de una forma clara que sus influencias surgen en los años ochenta: el post-punk y el indie pop. Empujándose a ellos mismos musicalmente y decidiendo inclusive a retarse en sus propios procesos creativos y de producción, nos ofrecen una obra llena de melancolía, sintetizadores, cuerdas contundentes y reflexiones viscerales sobre el “amor moderno”.
Luego de haber escuchado Violeta durante varios días, charlamos con el vocalista y bajista Ale Sater para que nos cuente un poco más sobre este elepé, la actual escena de Brasil, entre otras cosas.
¿Cómo comenzó la banda?
Todos tocábamos en distintas agrupaciones del mismo vecindario. Éramos amigos, así que una vez que esas bandas se disolvieron, comenzamos a tocar juntos. Bruno y Luis estaban en una banda llamada Gridare, y Greg tocaba en Ambient. Esto fue por el 2011.
¿Cuál es la historia detrás del nombre?
En realidad describe parte de la letra de nuestra primera canción, “Bossa”. Antes tuvimos un nombre diferente y no nos gustaba, así que lo cambiamos por ese.
¿Cómo describirían el sonido de la banda en 2 palabras?
Amor moderno.
¿Qué es lo mejor de ser parte de Terno Rei?
La posibilidad de visitar diferentes lugares, conocer gente especial y el sentimiento que uno tiene en el escenario cuando las canciones salen bien.
El crecimiento que la banda ha tenido con el último disco, Violeta, es obvio. ¿Cómo fue el proceso?
Fue la mejor época. Nos tomó un año terminar de escribir las canciones y una vez que ya las teníamos, nos tomó un largo tiempo producir cada una de ellas. Fuimos a Curitiba, donde ubicamos un estudio en el que nos encerrábamos por 13 a 15 horas al día. Además,
tuvimos la ayuda de nuevos productores que sumaron distintos sabores a nuestras
composiciones.
Este LP tiene un aire nostálgico, que propone temáticas sobre la vida y las relaciones…
Nostalgia, amor y la ciudad son mis temas favoritos al escribir porque son cosas que me conmueven. Para este disco, creo que ese sentimiento es aún más fuerte.
¿Hay alguna canción de Violeta a la que le tengan un cariño especial?
“Yoko”. Fue la primera canción que escribimos, y fue creciendo durante las sesiones de grabación. Es, además, una de las favoritas del público.
Cuéntanos un poco más sobre la escena indie de Brasil.
Hay demasiadas bandas, por todas partes. Creo que hay un nuevo lanzamiento cada semana, más o menos, así que mucha buena música está siendo producida. En los últimos años, los conciertos están más llenos de gente; las condiciones van mejorando, así que se podría decir que la escena indie va creciendo. Balaclava Records, nuestro sello, es bastante responsable de ello; además de traer a grandes bandas internacionales, manejan un catálogo extenso y organizan festivales de música indie locales.
¿Qué bandas de esta escena recomendarían?
Están Boogarins, Raça, Luiza Lian, Brvnks y Holger. En cuanto a festivales, Popload Gig y Bananada.