Con sus casi ocho horas de duración, y dándonos un mayor contexto y profundidad que el filme Let It Be, la nueva serie documental de Peter Jackson nos muestra el proceso creativo de John, Paul, George y Ringo en 1969. Sí, tenían diferencias musicales y personales –y empieza a intuirse la separación de la banda–, pero todavía sabían componer, tocar y divertirse juntos.
A inicios de 1969 The Beatles se impusieron el reto de componer, ensayar y hacer un concierto en solo 18 días. El proyecto se llamó “Get Back” e incluía documentar la experiencia en un especial para la televisión. Sin embargo, cuenta la leyenda que, más que mostrar su proceso creativo, ese material audiovisual reflejó las peleas y desacuerdos personales y musicales de los Fab Four. Una crónica anticipada de la ruptura de la banda.
Uso la palabra leyenda porque buena parte de las más de 60 horas de filmación y 150 horas de audio del proyecto permanecieron inéditas. ¿Qué contenía todo ese material? ¿La película resultante de la época, Let It Be, realmente reflejaba el estado emocional y musical de los Fab Four? El misterio se acrecentó debido a que ese filme, lanzado en 1970, dejó de estar disponible. Incluso, se especuló que The Beatles se negaron en varias ocasiones a reeditarlo.
Afortunadamente, hace unos años Apple Corps, la compañía que vela por los intereses económicos de la banda, le confió el material completo al director Peter Jackson para que lo masterice y compile. El resultado es The Beatles: Get Back, una serie documental de casi ocho horas de duración, dividida en tres capítulos y disponible en la plataforma Disney+. Al verla nos trasladamos al estudio, escondidos como espías, mientras ellos crean las canciones que conformarían los álbumes Let It Be y Abbey Road.
Con una pequeña ayuda de los amigos
En su constante búsqueda de evolución, The Beatles pasaron de ser unos artesanos de canciones de pop rock perfectas que desataron la ‘Beatlemanía’ por todo el mundo a interesarse en experimentar dentro del estudio de grabación y realizar discos más complejos. Durante ese tránsito, dejaron de tocar en vivo. En 1969 intentaron, por primera vez, retroceder en vez de avanzar; buscaban retornar a un sonido rockero más puro y simple y, acaso, también a su amistad.
El documental de Jackson los encuentra en ese momento. Ciertamente se aprecian las diferencias surgidas en más de siete años de intensa carrera y convivencia. Allí está el abandono temporal de la banda por parte de George al sentir que no era tomado en cuenta; la dejadez de John –sobre todo al comienzo–; o la presión por desplegar un espectáculo a la altura de su estatus musical. Pero también notamos que los de Liverpool todavía sabían divertirse entre ellos, como aquellas improvisaciones humorísticas entre Lennon y Paul McCartney que provocaban las risas de Harrison y Ringo Starr.
Si la portada del disco Let It Be, con las fotos de los cuatro por separado, hacía pensar que para ese entonces cada uno hacía las canciones por su cuenta, “The Beatles: Get back” nos muestra que realmente seguían involucrándose en los temas del otro. Por ejemplo, en la serie vemos cómo John ayuda a Paul con la letra del tema «Get back»; a George sugiriéndole ideas al piano a Ringo para «Octopus’s garden»; y al «Don’t let me down» de Lennon que se perfeccionaba con cada ensayo grupal.
The Beatles en contexto
Su larga duración y el mostrar en profundidad los ensayos y todo el proceso creativo, hacen de “The Beatles: Get Back” una apuesta arriesgada, considerando que la mayoría de productos audiovisuales actuales buscan llegar al público más amplio posible. ¿Cuántas veces hemos escuchado eso de “no importa si no has visto las anteriores películas o leído el libro, igual puedes disfrutarla”? En ese sentido, es una serie documental dirigida a los seguidores de la banda. (Ojo: para los no iniciados en la ‘Beatlemanía’, un buen filme para empezar es Eight Days a Week de Ron Howard).
Es una apuesta arriesgada, pero también es necesaria para conocer la situación de los Fab Four en ese momento. Al explayarse en planos de larga duración, enfocarse en los detalles a través de oportunos zooms, y tener una oportuna edición, el documental de Peter Jackson es capaz de mostrar el contexto de lo que sucedía, esclareciendo muchos mitos a su paso. Nos permite entender cómo se llegó al punto en el que George decidió marcharse del grupo. O que esa percepción de que McCartney era un líder prepotente se debe a que luego de la muerte de su manager, Brian Epstein, debió asumir el rol de jefe.
La cinta también nos da pistas sobre la futura disolución de The Beatles. Notamos que Yoko Ono, quien siempre aparece al lado de Lennon, no es la culpable de la ruptura como tantas veces se había dicho. La clave está más en que tanto John como George ya sentían que había vida más allá de ser un Beatle. Incluso, Harrison confesaba ante cámaras que le gustaría hacer un disco solista.
Con esa suerte de ojo de ‘Gran Hermano’ que es “The Beatles: Get Back”, al fin podemos tener una visión más completa y en mayor profundidad de los últimos tiempos del cuarteto de Liverpool. Así se cumple, en cierta medida, la intención original del especial de televisión planeado en 1969: mostrar, con sus buenos y malos momentos, cómo era el proceso creativo del grupo y revelarlos en su intimidad. ■