Un 15 de mayo de 2010, Gustavo Cerati brindó el último concierto de su vida. Fue en Caracas, durante la gira promocional de su entonces reciente disco: Fuerza Natural. Tras esa presentación, sufrió un ACV y, años después, falleció dejando un enorme vacío en el rock latinoamericano. ¿Pero cómo fueron las últimas horas del músico argentino antes del coma?
Adrián Taverna, ingeniero de sonido de Soda Stereo desde que la banda ni siquiera había pensado en publicar un disco y se hacía llamar Estereotipos, fue el hombre más cercano a Gustavo Cerati. Su relación personal iba más allá de estar refugiados horas de horas en estudios de grabación o en la logística que proponen las giras.
Cuando eran muy jóvenes, vivían a cinco cuadras de distancia. Escuchaban y compartían música todo el tiempo. Por esos días, Gustavo solo era un universitario que tocaba guitarra en la iglesia del barrio; Adrián ya era profesional. Sin embargo, ambos se dieron cuenta de que podrían unirse. Así, entre charlas, algunas birras y mucha conexión musical, en 1983 le dieron forma al primer demo de Soda en la terraza de la casa de Charly Alberti, ubicada en las calles Victorino de la Plaza y Barilari, en el barrio de Belgrano (Buenos Aires). Pasó el tiempo y esta colaboración duró más de treinta años.
Taverna es la única persona que vivió, sintió y perfeccionó el fenómeno ‘Gustavo Cerati’. Desde el primer show oficial que dio Soda en la discoteca Airport, que quedaba en ese entonces en la avenida Cabildo con Deheza, hasta la última presentación como solista que Cerati brindó en el campus de la Universidad Simón Bolívar, en Caracas (Venezuela). En otras palabras, abrió y cerró cada uno de los capítulos que registró el autor de Bocanada.
Según registra el periodista Juan Morris en su libro Cerati: la biografía, Taverna fue incluso el único que se dio cuenta cuando Cerati se estaba desvaneciendo, precisamente, al término del concierto en Venezuela. En su relato, describe paso a paso lo que sucedió esa fatídica noche, apoyado en el testimonio de Taverna:
Gustavo apareció a último momento y se paró atrás de Taverna. El primer disparo de la cámara salió sin flash, así que Samalea pidió que nadie se moviera y se volvió a subir a la silla para reprogramarla. Taverna se dio vuelta para decirle algo a Gustavo y lo vio pálido, con los ojos desorbitados.—¿Te sentís bien? —le preguntó”
Morris agrega que “entonces la cámara disparó su flash y todo el equipo quedó registrado en la última foto de la gira. A su alrededor el grupo se empezó a dispersar y Gustavo caminó confundido hacia su camarín”.
Taverna notó que algo no iba bien. Junto a Nicolás Bernaudo, quien fue asistente de Cerati, lo siguieron. Al abrir la puerta del camarín, lo encontraron sentado en el mueble, con la camisa desabrochada y la boca semiabierta. Rápidamente, llamaron a emergencia, sospechando de una subida de presión o, peor aún, un infarto. Llegaron dos médicos y se paralizaron al verlo. Lo revisaron y hasta ese momento Gustavo se podía mover, pero no podía hablar, ni reaccionar con normalidad.
Así fue trasladado de emergencia a la clínica La Trinidad. Unas horas después, y pensando en que la noticia se filtraría, apareció un comunicado de prensa en las redes del argentino explicando, a grandes rasgos, lo que sucedió:
Ante los trascendidos, informamos que luego de finalizar el show de anoche, Gustavo sufrió una descompensación por una suba de presión debido a estrés y agotamiento, de la que se está recuperando favorablemente. Por precaución, se dirigió a una clínica de Caracas para realizarse chequeos médicos de rutina, donde le recomendaron reposo. Una vez finalizados los estudios, continuará su viaje a Buenos Aires”
Taverna luego cuenta que a la mañana siguiente fue a la clínica. Recuerda que Cerati despertó consciente, pero tenía la mitad del cuerpo dormido. No podía hablar y solo se agarraba, de vez en cuando, el brazo y la cabeza. Y como vieron una mínima recuperación, le dieron un poco de caldo, pollo sancochado, arroz y plátano frito. De hecho, pensaban que al día siguiente le iban a dar de alta.
Tres días después, el doctor Vladimir Fuenmayor indicó en un comunicado que Cerati «tuvo una isquemia cerebral que venía evolucionando en forma adecuada y en las últimas horas ha llegado a un gran edema cerebral y un deterioro progresivo de sus cuadros neurológicos». Fue operado de emergencia.
Entonces, pasó casi cuatro años en coma, para nunca más despertar.
De acuerdo con las crónicas periodísticas, el show en Caracas, aquel 15 de mayo de 2010, fue grandioso. Richard Coleman, quien era guitarrista soporte y amigo íntimo de Gustavo, recuerda que las horas previas a la presentación fueron pacíficas y llenas de energías. “El atardecer fue soñado. Probamos sonido a la tarde. Después nos fuimos al hotel, no hubo nada diferente. El show fue muy lindo, tocamos en un lugar precioso, entre las montañas. Y fue, por palabras mismas de Gustavo después del show, el show más exitoso de la gira”, dijo en una entrevista con Chilevisión.
El diario Universal de Caracas subrayó que “el argentino convirtió en un lugar íntimo el escenario de la Simón Bolívar para entonar Cactus y Perdonar es divino. Una plaza que le fue cómplice al regalarle una espesa neblina”.
Al cierre del show, Cerati interpretó una de las canciones más importantes de su etapa como solista: «Lago en el cielo». Es una balada rockera que en su letra explica esta dualidad esperanzadora en la que nos envuelve el amor.
En palabras del mismo Gustavo:
Para mí es la perla del disco (…) es la canción de amor (de “Ahí Vamos”), aunque tiene algo muy potente sonoramente y es esa cosa… a veces uno siente que ante una relación uno le pone mucho gas, la empuja mucho, quiere que sea de determinada manera. Y la canción me sirvió un poco como para reforzar algunas ideas de decir: «Bueno, vamos despacio… yo sé que todo esto está increíble, que vamos para el mismo imaginario, que vamos para el mismo lugar, pero vamos despacio» (…) es un tema esperanzador desde el punto de vista anímico, emocional, en cuanto al amor y en cuanto a lo que uno espera, y me gusta escribir sobre ese tipo de cosas”
Han pasado 13 años desde ese último concierto. No obstante, Cerati aún sigue perenne en la memoria de todos como uno de los músicos latinoamericanos más influyentes que hemos visto. Y su obra artística sobrepasa la nostalgia. Persiste. ■
Setlist de Gustavo Cerati en Caracas (15/05/2010):
- «Fuerza natural»
- «Magia»
- «Déjà vu»
- «Desastre»
- «Amor sin rodeos»
- «Tracción a sangre»
- «Cactus»
- «Perdonar es divino»
- «Uno entre 1000»
- «Artefacto»
- «Rapto»
- «Dominó»
- «Sal»
- «Trátame suavemente»
- «He visto a Lucy»
- «A merced»
- «Pulsar»
- «Te llevo para que me lleves»
- «Marea de Venus»
- «Vivo»
- «La excepción»
- «Crimen»
- «Paseo inmoral»
- «Lago en el cielo»