El cantautor chileno presentó en Lima varias canciones que son parte de Caminante, el disco que lanzará en mayo próximo. No fue ajeno a la realidad social y política por la que atraviesa el país.
Manuel García nació y pasó sus primeros años en la ciudad de Arica (Chile). Desde chico entendió que la vida no iba a ser sencilla, sino que había que trabajar muy duro para alcanzar los objetivos. Para ser escuchados. Entonces se refugió en la lectura para intentar entender otras realidades y reafirmar que la justicia debía ser equilibrada para todos. Por esa razón, siempre fue crítico con los políticos tradicionales.
Al estar tan cerca a Perú, Manuel no podía ser ajeno a la situación del país vecino, la cual se asemejaba a lo que vivía en Chile –precisamente– por la clase política. En ese punto, considera que liberar a personajes como Alberto Fujimori es retroceder en la ruta. Hoy, libre para expresarse, el ariqueño cree que la solución está en escuchar al resto, teniendo en cuenta vehículos de concertación como la música.
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Tengo entendido que eres un gran lector.
¡Sí, muchísimo! Estoy vinculado a la literatura gracias a mi madre. Éramos una familia muy humilde y nuestro refugio y entretenimiento era leer. Me formé de niño como buen lector. Leo de todo, pero siempre repaso las historias de El Quijote, García Lorca y mucha literatura española. De Chile estoy repasando a autores como Óscar Hahn, a quien incluso conocí en persona. Si tengo que mencionar a autores peruanos, podría hablar de la poesía de José Watanabe; y por supuesto de César Vallejo. Incluso los libros de Jaime Bayly. Ahora mismo venía leyendo sobre la historia de la trova cubana, centrado en el canto popular latinoamericano.
¿Qué elementos te da la literatura sobre música?
Siempre llegan a mis manos libros musicales y los empleo para investigar y alimentar el conocimiento sobre diferentes etapas y momentos. Son muy importantes para mí porque aprovecho para sacar información no solo histórica, sino también de situaciones y hechos que marcaron a muchas personas. Tener claro cómo es que pensaban los autores a la hora de componer, escribir y dejar su legado.
Además de ser un gran lector, también eres activista político. ¿Cómo ves el futuro de Chile con el nuevo presidente Gabriel Boric, a quien apoyaste durante el último proceso electoral?
Hay una configuración que tiene que ver con los cambios. Existe un espíritu que significa echar andar un nuevo sentido de gobernabilidad de los pueblos. Tenemos que depositar la confianza en esta nueva camada que llega a la política. Está claro que hay que crear una Asamblea Constituyente para elaborar una nueva carta de desarrollo social, que en el fondo dará equilibrio. Lo que espero es que no se pierdan los fundamentos filosóficos de lo que queremos ser. Si queremos ser realmente exitosos, tenemos que tener un planteamiento amoroso. Es indudable cuáles son los problemas que hay que atender. Doy por hecho que tenemos que tener un sistema de salud más efectivo. Doy por hecho que los obreros deben de tener un mejor sueldo. Tenemos que recuperar nuestros recursos y construir una armonía cultural.
¿Y cuál ha sido el rol de la música en ese contexto?
El arte en general ha tenido un rol fundamental. En Chile quedó demostrado que nacía del propio pueblo. En un letrero, en un cartel, en un país que luchó contra el maltrato. Pero gracias a ello es que hemos podido bañar a una sociedad en arte. Por ejemplo, la Plaza de la Dignidad pasó a ser un centro cultural importante, en donde nos reunimos en una explosión alucinante. Nunca voy a olvidar cuando un día salí a caminar con mis hijos y sentimos ese aroma a libertad, con respeto por las ideas de todos.
Y mirando desde afuera lo que sucede en Perú, ¿qué opinión te deja el reciente indulto a Alberto Fujimori?
Bueno, me entristece. Forma parte de un grupo de personas que le ha causado mucho dolor a los pueblos. Vengo poniéndole atención a la política peruana desde los 13 o 14 años, cuando asumió Alan García la gestión. A Arica llegaban las noticias de lo terrible que fueron esas épocas. El desarrollo de la política peruana es algo que nos preocupa genuinamente. Pero claro, la liberación de Fujimori es una noticia muy triste, con respeto lo digo y con la distancia que me corresponde, porque parece más una concesión que un acto humanitario dentro de la justicia. No quiero opinar más, porque opinar de la política de otro país es como opinar de la familia.
¿Cómo se concretó la realización de tu próximo disco, Caminante?
Fue muy especial. Hemos juntado a grandes artistas y amigos como Pedro Aznar, Mon Laferte, Silvio Rodríguez, entre otros. Hemos fluido muy bien. Han ocurrido cosas muy lindas y siento que los artistas que han participado han regalado mucho aquí. Yo me siento muy regalado, pero espero que, sobre todo, ellos sientan que es un regalo.
Eres un leal creyente del disco como obra completa. ¿Cómo afrontas esta era del single y el desarrollo de la música contemporánea?
Respeto todos los códigos de las nuevas generaciones. Me gusta defender cómo la gente encuentra sus métodos de expresarse. Soy de la era del disco, y defiendo que un disco es una obra completa. Pero al margen de estilos, lo más importante es el mensaje que uno puede dejar al resto. La canción, como cualquier conversación, debe escuchar. Ese es mi punto de partida, por ejemplo, la conversación. Quien escucha puede complementar su idea con el fondo de su alma. Y claro, es importante ver, conocer, ser curioso, caminar, hablar. Sin fondo no tenemos sentido, en general.