La banda originaria de Boston propone, en su segundo trabajo discográfico, una mezcla tensa y seductora de dance punk, art rock e industrial
Model/Actriz regresa dos años después de su debut con un álbum que consolida su enfoque musical: una mezcla tensa y seductora de dance punk, art rock e industrial. Pirouette (True Panther Sounds, 2025) es un disco de contrastes, donde la vulnerabilidad y la introspección conviven con estridencias, y donde se puede bailar al borde del colapso mientras Cole Haden relata sus confesiones más oscuras.
Desde que la banda neoyorquina empezó a lanzar singles en 2020, surgió una gran expectativa entre críticos y fanáticos por el sonido que podrían consolidar. Con su primer trabajo Dogsbody (2023), no solo cumplieron esas expectativas; las superaron. Ofrecieron canciones de temática sexual y sombría, atravesadas por una mirada LGTBI y una estética industrial. Con sonidos metálicos que podrían surgir tanto de una guitarra como de una fábrica. Era una declaración de intenciones: influencias disonantes pero efectivas, con un potencial enorme.
En esta segunda entrega, Model/Actriz profundiza en la dirección de su debut: la honestidad se vuelve más descarnada, mientras que los sonidos industriales dialogan con melodías más definidas, aportando un factor pegadizo que quizá no estaba tan presente en Dogsbody.
El disco abre con “Vespers”, una canción que retoma la energía dance del álbum anterior. Una base rítmica groovy acompaña una guitarra de rasgueo rápido y metálico, que funciona como percusión y melodía. La introspección del álbum se establece desde este primer track: Cole Haden ofrece una narrativa poética sobre aceptar la propia identidad y mostrarla sin vergüenza. «God gave me poise enough for the sharing».
Luego llega “Cinderella”, el primer single, y con razón: es bailable, pegajosa y brutalmente honesta. El coro, frágil y melódico, le da una cualidad casi pop, con un estribillo que se queda dando vueltas en la cabeza. La combinación entre el groove, el picking metálico de guitarra y una producción explosiva genera un contraste fascinante. Como si LCD Soundsystem se sumergiera en la oscuridad de Daughters.
Que influencias tan dispares convivan con naturalidad es testimonio del control creativo y la personalidad sonora de la banda. La letra gira en torno a cómo una conexión significativa puede inspirar a alguien —desde una perspectiva queer— a perder el miedo a mostrarse tal como uno es. Uno de los momentos más reveladores evoca el instante en que esa expresión fue reprimida: «My want to have a Cinderella birthday party and when the moment came I changed my mind / I was quiet, alone and devastated».
Luego está “Poppy”, una canción que transforma el sufrimiento en una oportunidad de redención. Aquí, el dolor no detiene el crecimiento; lo fertiliza. Haden lo resume con una imagen poderosa: «Carry me where my tears return as poppies in a field». Un verso que convierte el llanto en belleza. La guitarra vuelve a aparecer con ese rasgueo característico, como si golpearan tubos metálicos: una constante que reafirma el sello industrial del grupo. La interpretación vocal, cargada de deseo, angustia y fragilidad, recuerda por momentos a la crudeza emocional de Trent Reznor.
En “Diva”, la temática queer y autodespectiva atraviesa toda la canción. El yo lírico se reconoce como una personalidad dual y complicada, que confiesa sus contradicciones con crudeza y vulnerabilidad. Un verso, de hecho, nos remite al universo emocional de Xiu Xiu («A small business owner trapped in the body of an operatic diva»). Se involucra con un hombre de closet, llega tarde a los ensayos, se admite como un tipo desordenado; todo expresado con un humor negro, que alcanza su pico en el delivery vocal prolongado y monótono de «I’m such a fucking biiiitch». En este tema, el ambiente industrial recuerda a Nine Inch Nails, mientras que la batería —a diferencia de otros tracks— suena más orgánica, como si bajara la distorsión para que los platillos tomen el control del ritmo.
Luego de “Headlights”, un relato confesional en forma de spoken word con feedback de guitarra, destacan “Acid Rain” y “Ring Road”. La primera apuesta por un enfoque más orgánico, con un sonido de soft rock que se desmarca del tono industrial del disco. En contraste, “Ring Road” entrega el momento más ruidoso: una batería distorsionada guía un ritmo tan insistente como abrasivo, capaz de arruinar tus audífonos. Su intensidad es un tributo a las primeras entregas de Swans.
El álbum aterriza con suavidad tras un viaje turbulento en “Baton”, que cierra con sensibilidad los temas que recorren el disco: identidad, vulnerabilidad y relaciones humanas. También reafirma la personalidad de una banda que, con solo dos discos, ya tiene clarísimo hacia dónde quiere ir. Tras escuchar sus 11 canciones, no queda duda de que Pirouette es un álbum particular y poderoso, que deja sensaciones positivas, una inevitable resaca emocional y los pies cansados de tanto bailar. ●
Escucha Pirouette (2025) de Model/Actriz:
Tracklist:
- Vespers
- Cinderella
- Poppy
- Diva
- Headlights
- Acid Rain
- Departures
- Audience
- Ring Road
- Doves
- Baton