Sin duda, el título de este artículo puede resultar bastante mezquino. ¿Cómo escoger solo diez canciones de uno de los mejores cantautores de la historia musical latinoamericana (si no el mejor)? Con toda la subjetividad posible, rendimos tributo al gran Luis Alberto Spinetta con una playlist para iniciarse en su discografía, y que permita –a quienes aún no lo han escuchado– disfrutar de una significativa porción de su extenso cancionero. Una obra que, al día de hoy, lo mantiene y mantendrá en la inmortalidad. Gracias por tanto, Flaco.
«Muchacha (Ojos de papel)»
Apareció en el álbum debut homónimo de su primera banda, Almendra. Esta canción es un poema de amor adolescente, de inocencia sexual, y está inspirada en su novia de entonces, Cristina Bustamante. El 22 de junio de 1969, seis meses antes de lanzarla oficialmente, decidió tocarla en vivo por primera vez en el Teatro Coliseo de Buenos Aires. Sobre ese momento, dijo: «Yo lloraba arriba del escenario, porque sentí que toda la gente se conmocionaba con eso. Al instante. Después vino el éxito. Sentí que la canción traspasaba la gente».
«Rutas argentinas»
El segundo y último álbum de Almendra, Almendra II (1970), trajo consigo un nuevo sonido más ácido y rockero, a diferencia de la producción anterior. Entre los 21 tracks que lo conforman destaca este tema, cuya letra describe la extraña sensación de espera que manifiestan unos jóvenes listos «para partir en una travesía hasta el fin». Una gran metáfora de esa voluntad tan juvenil de liberarse.
«Blues de Cris»
Si “Muchacha (Ojos de Papel)” habla de la ternura del amor adolescente, este track refleja la ruptura de la ilusión. Esta canción en clave de blues fue incluida en Desatormentándonos (1972), el disco debut de Pescado Rabioso –banda integrada inicialmente por Spinetta, Black Amaya, Osvaldo “Bocón” Frascino y Carlos Cutaia–, y muestra la desazón del músico sobre el fin de la relación que mantuvo con su novia y musa, Cristina Bustamante.
«Credulidad»
En noviembre de 1972, Pescado Rabioso lanzó su segundo álbum, titulado Pescado Rabioso 2. Era un disco doble, con una sonoridad más ecléctica y una lírica más compleja por parte de Spinetta, algo que caracterizaría su obra más adelante. Entre los 18 tracks del álbum se encuentra esta extraña canción que retrata la posteridad de una relación amorosa, con figuras metafóricas y una progresión armónica fascinante.
«Cantata de puentes amarillos»
“Pescado Rabioso era yo”, dijo alguna vez Spinetta. Y así era. A mediados de 1973, la banda se separó por desacuerdos musicales entre sus miembros, por lo que el músico decidió convocar a sus ex compañeros de Almendra (Rodolfo García y Emilio del Guercio) y a su hermano Carlos Gustavo para grabar un puñado de canciones con un único hilo conductor: la influencia del poeta francés Antonin Artaud. Sin saberlo, Spinetta estaba creando la obra cumbre del rock argentino y latinoamericano, con canciones tan fundamentales como “Todas las Hojas del Viento“, “Bajan“, “Cementerio Club“; y este himno de nueve minutos, en tres movimientos, que representa la complejidad musical que logró desarrollar el músico en esa época.
«Durazno sangrando»
Tras la experiencia con Pescado Rabioso, Spinetta forma una nueva banda: Invisible, junto a Héctor “Pomo” Lorenzo y Carlos Alberto “Machi” Rufino. El segundo trabajo de la agrupación, Durazno Sangrando, fue lanzado en setiembre de 1975 y estaba inspirado en el tradicional libro del taoísmo “El secreto de la flor de oro”. De allí se desprende este track que describe una singular historia: «un durazno que cayó de un árbol, llegó a parar en la orilla de un río. Luego de un tiempo, ese durazno oyó cantar una triste melodía que le cantaba su carozo, cuya letra decía que su cuerpo tenía alma y que cuando estallara su corazón, sangraría». En la época, se consideró que la letra de la canción hacía referencia a la menstruación, por lo que fue censurada en algunos conciertos.
«El anillo del Capitán Beto»
Incluida en el tercer y último álbum de Invisible, El Jardín de los Presentes, esta canción fluye en clave de rock progresivo y relata una fantástica historia sobre la vida de un chofer de bus convertido en astronauta, quien viaja por el espacio en su vehículo y experimenta la tristeza “al separarse de su gente y su ciudad”. Según se sabe, Spinetta se habría inspirado en obras como “La suerte está echada” o “El engranaje” de Jean Paul Sartre. «¿Dónde está el lugar al que todos llaman cielo?», dice la letra de la canción. Excepcional.
«Canción para los días de la vida»
Un año después de la disolución de Invisible, Spinetta lanza su tercer álbum solista, A 18′ del Sol (1977), donde vuelve a mostrar toda su versatilidad y virtuosismo musical. Allí destaca esta canción a guitarra y voz con una lírica única, con frases como «Tengo que aprender a volar entre tanta gente de pie» o «Tengo que aprender a ser luz entre tanta gente detrás», que generan una atmósfera mucho más ligera que la de sus trabajos anteriores.
«Alma de diamante»
El inicio de los años ochenta significó una nueva banda y un nuevo álbum bajo el brazo para el músico. En 1980, el argentino formó Spinetta Jade y lanzó un primer disco homónimo con siete tracks, entre los que destacaba el tema homónimo. Para este momento, las líricas dejaron de ser tan simbólicas como en las anteriores producciones y la sonoridad se enriqueció con el uso de sintetizadores, lo que devino en un rock progresivo con acercamientos al jazz.
«Seguir viviendo sin tu amor»
El desamor es un concepto que Luis Alberto Spinetta siempre retrató muy bien musicalmente. Esta canción –incluida en su espectacular disco solista Pelusón of Milk (1991)– retrata de manera desgarradora la pérdida de la persona amada y la posterior resignación. «No queda más que viento», canta aquí de manera profunda el músico.